Diabetes en niños
Si su hijo tiene diabetes, es muy probable que a usted lo asalten muchas dudas: ¿Qué debo hacer cuando el azúcar sanguíneo esté demasiado bajo? ¿Qué puede comer? ¿Qué cuidados diarios debo darle? ¿Cómo voy a encontrar una niñera confiable? ¿Qué debo hacer si le da gripe?
Antes de dar respuesta a estas y otras preguntas, es importante poner énfasis en que los especialistas saben mucho más que nunca cómo tratar al niño diabético. Hay muchas formas de insulina que pueden serle útiles para controlar de manera aceptable el nivel de azúcar sanguíneo de su hijo. Existen medidores de glucosa para que usted y las demás personas a cargo de su hijo vigilen el nivel de azúcar sanguíneo. El equipo médico que lo atiende a usted también está dispuesto a brindarle la información y el apoyo que usted y su familia necesitan.
La clave es enfrentar la diabetes de su hijo de forma organizada y positiva. Los niños tienen una capacidad de adaptación sorprendente. De hecho, ellos aceptan más los cambios en su forma de vida que los adultos, primordialmente porque no se han formado hábitos difíciles de romper. Con la ayuda de usted y el consejo experto de un equipo médico, su hijo seguirá llevando una vida feliz, saludable y activa.
Capacitación básica de quienes están a cargo de un niño diabético
Cuando a su hijo se le diagnostica diabetes, el primer paso como padres o personas a su cargo es centrarse en el programa de tratamiento inmediato que el niño necesita. Con el tiempo, usted aprenderá más sobre los embrollos de la diabetes; conocerá mejor las opciones de tratamiento y podrá ayudar a su hijo a vivir bien.
Pero debe ir conociendo de qué se trata la diabetes en forma gradual; no es realista tratar de saber todo de inmediato. Sólo se confundiría y se sentiría abrumado. No es el momento de preocuparse por los posibles problemas que pueden experimentar las personas que no han controlado bien su diabetes durante mucho tiempo. Ya habrá tiempo de sobra para desarrollar estrategias que le ayuden a prevenir complicaciones a largo plazo. Empiece por aprender cómo enfrentar los aspectos básicos.
1. |
Lo que necesitan saber los padres y quienes se hacen cargo del niño
Como responsable del cuidado de su hijo, su primer objetivo es contar con los siguientes “conocimientos básicos para sobrevivir”:
• Aplicación de inyecciones de insulina, cómo llenar una jeringuilla y aplicar la insulina.
• Hipoglucemia, cómo reconocer, tratar y prevenir la disminución de los niveles de azúcar sanguíneo.
• Hiperglucemia, cómo reconocer, tratar y prevenir el incremento de los niveles de azúcar sanguíneo.
• Vigilancia, cómo vigilar los niveles de azúcar sanguíneo de su hijo y las acetonas en orina.
• Nutrición, qué clase de alimentos preparar, cuánto ofrecerle y cuándo.
• Ejercicio, cómo ajustar la dosis de insulina y la ingestión de alimentos en los momentos en que su hijo realice alguna actividad física.
|
2. |
Lo que su hijo debe saber
¿Cuánto debe saber su hijo sobre la diabetes que padece?. Todo depende de la edad y la madurez del niño. Algunos niños pueden aprender a medir e inyectarse la dosis de insulina cuando llegan a los 12 años. Sin embargo, se recomienda que los padres y los responsables del cuidado del niño compartan con él la responsabilidad de la aplicación de la insulina hasta que pase la etapa de la pubertad, generalmente a la mitad de la adolescencia. Cada niño tiene una capacidad diferente para enfrentar las demandas de la diabetes, pero todos necesitan y merecen la ayuda y el apoyo de sus padres durante casi toda la adolescencia. Antes de responsabilizar a su hijo de medir e inyectarse la insulina por si solo, recuerde que se trata de un asunto serio y complejo. El niño debe ser lo suficientemente maduro para manejar el problema; en general, los niños no son capaces de inyectarse por sí solos la insulina hasta antes de cumplir 15 años.
¿Qué ocurre con la vigilancia?. Los niños necesitan comprender por qué es necesario vigilar con regularidad el nivel de azúcar sanguíneo, independientemente de que ellos puedan llevar a cabo las pruebas o no.
Más importante aún es que los niños necesitan aprender a reconocer los síntomas de una hipoglucemia y a tomar las medidas apropiadas. Posteriormente, conforme vayan reconociendo la importancia de los objetivos generales del tratamiento para la diabetes, aceptarán participar más. De hecho, los niños aprenden rápidamente que conservar un buen estado de salud es la clave para integrarse a sus amigos en muchas actividades normales de la juventud.
|
3. |
Un mensaje para los padres: Controle sus emociones
A medida que usted va adquiriendo las habilidades básicas para cuidar a su hijo, es importante ocuparse de sus pensamientos y sentimientos. Primero, piense en su reacción al enterarse que su hijo tenía diabetes. Quizá se sintió abrumado, confundido o enojado porque algo así le pasará a su hijo y a su familia. Tal vez hasta se sintió culpable por haber calificado equivocadamente a su hijo de ser flojo e irritable cuando, en realidad, la diabetes es la causa de la mayor parte de los problemas. Estos sentimientos forman parte del proceso normal de “aceptación” que se inicia con el diagnóstico.
Si usted logra deshacerse de esos sentimientos negativos, será menos proclive a caer en una trampa emocional que podría obstaculizar el control de la diabetes de su hijo.
|
4. |
Aprenda a compartir responsabilidades
Como padre, usted llevará la mayor parte de la carga del cuidado de la diabetes de su hijo. En esencia, usted será quien ayude a planear, llevar a cabo y avaluar el tratamiento del niño.
Es de esperarse que la dinámica familiar cambie. Al criar a un hijo, la meta de los padres es convertirlo gradualmente en un individuo responsable. Sin embargo, cuando un niño tiene diabetes, no sucede exactamente igual. Los padres deben encontrar el equilibrio entre alentar la independencia de su hijo y requerir cierto nivel de independencia. Es muy importante hablar con su equipo médico sobre este delicado aspecto de la paternidad.
A veces sentirá que sólo usted puede satisfacer las necesidades especiales de su hijo, pero debe darse cuanta que es necesario transferir cierto grado de responsabilidad a otras personas, como familiares, maestros, entrenadores y amigos.
Ellos también pueden aprender cuales son los síntomas de la hipoglucemia y cómo tratar el problema. El equipo médico puede orientarlo para educar a familiares, maestros y amigos sobre la diabetes.
|
5. |
Presente un frente unido
Al principio, los padres se sienten temerosos y frustrados ante la diabetes de us hijo. En medio de su frustración, culpan mutuamente a la familia del otro por causar la diabetes con frases como ésta: “¡En mi familia no hay diabetes!”.
Como padres, no deben desperdiciar su valiosa energía emocional en esa inútil discusión. El hecho es que en realidad nadie sabe por qué su hijo tiene diabetes. es mucho mejor concentrarse en una meta común presentando un frente unido para ayudar a su hijo.
|
6. |
Sea positivo, honesto y optimista
Si su hijo tiene diabetes, es necesaria la participación de toda la familia. A veces, esto puede provocar la tensión en cuanto a la capacidad familiar para comprender y apoyar al niño diabético y a usted. Llegará a sentirse muy solo; quizá su hijo sea la única persona que conoce con diabetes, en especial si vive en una localidad pequeña. En los Estados Unidos, cerca de 100.000 niños y adolescentes tienen diabetes. esto significa que sólo una de cada 700 personas desarrollan diabetes antes de los 19 años. Si se siente solo en su lucha, podría batirse y dejar de hacer algunas cosas que debería llevar a cabo para ayudar a su hijo. Como padre seguramente estará librando otras batallas que también pueden interferir en el tratamiento de su hijo, como presiones financieras o problemas laborales, que lo lleven a darse por vencido u a dejar a su hijo “completamente solo”.
¿Qué puede hacer? Reconozca con sinceridad lo que siente. Antes que nada, exteriorice lo que piensa al equipo de médicos que atienden a su hijo, quienes le pueden ayudar a enfrentar la situación de una manera realista y a no perder de vista el principal objetivo que es el bienestar de su hijo. En segundo término, relaciónese con los padres de otros niños diabéticos. Pida al equipo de médicos que le ayuden a conocer a otros padres en circunstancias similares, o comuníquese con alguna de las asociaciones de diabetes para pedir informes sobre grupos de apoyo cercanos a su domicilio.
Recuerde, los niños aprenden de los padres. Si usted mantiene la actitud de “YO PUEDO”, su hijo la adoptará. También estará en mejores posibilidades de enseñarle a su hijo más sobre la diabetes. por ejemplo es posible que su hijo piense que la diabetes va a desaparecer algún día. Sin embargo, la diabetes nunca se cura; permanecerá con su hijo para siempre. Es necesario que usted lo ayude a aceptar esa realidad. |
|