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Algunas consideraciones ESPECIALES
para aquellos que conviven o conocen personas con diabetes
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1. Darse cuenta y apreciar que la diabetes es un trabajo duro.
El manejo de la diabetes es un trabajo a jornada completa que no solicité, que no quiero y no puedo dejar. Tengo que pensar sobre qué, cuándo, y cuánto comer, además de mi ejercicio físico, mis medicamentos, mi estrés, el control del azúcar en sangre y mucho más cada día.
2. Colaborar en hacer cambios saludables en el estilo de vida.
No me gusta estar a solas con el esfuerzo que supone realizar los cambios de vida que implica la diabetes. Si empiezo un programa de ejercicios, me ayuda mucho que alguien esté a mi lado. Después de todo, los cambios de estilo de vida saludable pueden beneficiar a todos.
3. Apoyar los esfuerzos para el autocuidado.
Ayudar a crear un ambiente propicio para un tratamiento saludable. Por ejemplo, es de agradecer apoyar la decisión de rechazar un alimento determinado, aun cuando a usted le gustaría que lo probase. Uno es más útil cuando no está siendo una fuente de tentación innecesaria.
4. No consolar a la persona, nunca con la advertencia de que hay enfermedades más graves.
Los consuelos fáciles suelen ser problemáticos. La comparación no me hace sentir mejor. ¿Quieres decirme, sin saber mucho, que la diabetes no es gran cosa? La diabetes, como el cáncer, es un problema que no puedo ignorar.
5. Preguntar si podría ayudar y luego cómo hacerlo.
Si quieres ayudar, hay un montón de pequeñas cosas que probablemente agradecería. Sin embargo, lo que realmente necesito puede ser muy diferente de lo que crees, así que por favor, es mejor preguntar primero. Normalmente no hace falta ayuda.
6. No alarmarse cuando una persona comprueba su glucemia o se inyecta insulina.
Tampoco es divertido para mí. Analizar la glucosa en sangre y hacer el tratamiento adecuado, es necesario para controlar la diabetes. Si tengo que ocultarlo mientras lo hago, me resulta más difícil. Si quieres saber cómo lo llevo, por favor, pregúntame pero no me apures; te lo explicaré todo si tengo ganas y tiempo.
7. No mirar ni juzgar mis valores de glucemia, sin preguntar antes.
Estos números son personales y privados a menos que decida compartirlos. Es normal que a veces tenga glucemias demasiado bajas o altas. Comentarios inoportunos pueden causar más decepción, frustración e ira de la que ya siento.
8. No dar consejos tópicos sobre comida y otros aspectos de la diabetes.
No es agradable recibir consejos sobre mis hábitos personales, sobre todo cuando no los he pedido. Además, muchas de las creencias populares sobre la diabetes (debería dejar de comer azúcar) están desfasadas.
9. No contar historias de terror acerca de otras personas con diabetes.
La diabetes puede ser bastante perturbadora. Los relatos y dramas que inspiran temor no son tranquilizadores. Como conozco mi diabetes y el tratamiento adecuado, esas historias me enfadan e irritan. Además, se que con un buen manejo y control puedo vivir una vida larga, saludable y feliz.
10. Ofrecer amor y aliento.
Trabajo muy duro para mantener la diabetes controlada; a veces el hecho de saber que tengo el apoyo y ayuda puede ser muy útil y motivador. Me gusta recibir el mismo amor y apoyo que otros sin un extra por tener diabetes.
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Fuente: Autor desconocido, texto revisado por Axel Hirsch |
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