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Depresión

Un trastorno depresivo es una enfermedad que afecta todo el cuerpo, es decir, su organismo, su estado anímico y sus pensamientos. Afecta la forma en que usted come y duerme, la opinión que tiene sobre sí mismo y su concepto de la vida en general.

Un trastorno depresivo no es un estado melancólico pasajero; tampoco es una señal de debilidad personal ni un estado que se pueda superar a voluntad.

Las personas que padecen un trastorno depresivo no pueden tan sólo "animarse" y sentirse mejor de inmediato. Si no reciben tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses o años. En cambio, un tratamiento adecuado puede ayudar a más del 80% de las personas que sufren depresión.

Tipos de depresión

Los trastornos depresivos se presentan en distintas formas, de la misma manera que lo hacen otras enfermedades, tales como las del corazón. Este folleto describe brevemente tres de los tipos de trastornos depresivos más comunes. Sin embargo, dentro de estos tipos existe una gran diversidad en cuanto a la cantidad, gravedad y persistencia de los síntomas. Si necesita más información con respecto al tipo de trastorno depresivo que usted padece, consulte a su médico.

Un trastorno depresivo mayor se manifiesta mediante una combinación de síntomas (véase la lista de síntomas) que afectan la capacidad del paciente para trabajar, dormir, comer e incluso disfrutar actividades que antes solían serle agradables. Estos episodios incapacitantes de depresión pueden presentarse una, dos o más veces en la vida.

Un tipo de depresión menos grave, la distimia, comprende síntomas crónicos a largo plazo, que no lo incapacitan, pero le impiden funcionar al máximo de su energía o sentirse bien. En ocasiones, las personas que padecen de distimia experimentan también episodios de trastornos depresivos mayores.

Otro tipo de trastorno depresivo es la enfermedad maníacodepresiva, que también se conoce como depresión bipolar. La enfermedad maníacodepresiva no es tan común como las otras formas de trastornos depresivos, y presenta ciclos de depresión y euforia o manía. En ocasiones, los cambios anímicos son drásticos y rápidos, pero, por lo general, se experimentan gradualmente. Cuando usted se encuentra en el ciclo depresivo, puede experimentar cualquiera de los síntomas de un trastorno depresivo, o todos. Cuando se encuentra en el ciclo maníaco, usted puede experimentar cualquiera de los síntomas clasificados como maníacos, o todos. Con frecuencia, la manía afecta el pensamiento, el juicio y la conducta social de tal manera que causa serios problemas y hasta momentos embarazosos. Por ejemplo, puede ser que cuando se encuentre en una fase de manía usted tome decisiones financieras o de negocios que resulten poco aconsejables.

Causas de depresión

Cuando existen antecedentes familiares de depresión, existe el riesgo de que se desarrolle este trastorno, lo cual indica que es posible heredar cierta susceptibilidad biológica. Este riesgo puede ser algo mayor en el caso de las personas que padecen de depresión bipolar. Sin embargo, no todas las personas que presentan susceptibilidad genética desarrollan dicha enfermedad. Aparentemente, existen otros factores (posiblemente la tensión del medio ambiente y otros factores psicológicos) que pueden dar lugar al inicio de una depresión.

Aunque la depresión mayor parece presentarse, de generación en generación, en algunas familias, también puede presentarse en personas que no tienen antecedentes familiares de depresión. Independientemente de que la enfermedad sea o no hereditaria, es evidente que las personas que padecen una depresión mayor presentan con frecuencia un cuadro neuroquímico muy alto o muy bajo.

La composición psicológica de la persona también desempeña un papel importante en la susceptibilidad a la depresión. Son propensas a la depresión las personas que tienen un bajo nivel de autoestimación, que continuamente se juzgan a sí mismas o al mundo con pesimismo, o que se dejan abatir por la tensión.

Síntomas de depresión y de manía

No todas las personas que padecen depresión o manía experimentan la totalidad de los síntomas. Algunas experimentan unos cuantos síntomas, y otras una gran cantidad de síntomas. La gravedad de los síntomas varía con los individuos.

Depresión

•  Estado anímico persistentemente triste, ansiedad o sensación de "vacío"
Sensaciones de desesperación, de pesimismo
Sentimientos de culpabilidad
Pérdida del interés o del placer en tiempos y actividades que antes se disfrutaban
Pérdida del apetito y/o de peso, o comer con exceso y aumentar de peso
Disminución de la energía, fatiga o decaimiento
Ideas relacionadas con la muerte o el suicidio; intentos de suicidio
Inquietud, irritabilidad
Dificultad para concentrarse, para recordar y para tomar decisiones
Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento, tales como dolores de cabeza, trastornos digestivos y dolores crónicos

Manía

• Euforia inadecuada
• Irritabilidad inadecuada
• Insomnio grave
• Ideas de grandeza
• Hablar excesivamente
• Pensamientos caóticos y atropellados
• Aumento del deseo sexual
• Notable aumento de la energía
• Falta de sentido común
• Conducta social inadecuada

Una pérdida importante, una enfermedad crónica. una relación problemática, los problemas financieros o cualquier cambio indeseable en la forma de vivir, pueden también provocar un episodio depresivo. Frecuentemente, al iniciarse un trastorno depresivo, se combinan los factores genéticos, psicológicos y ambientales.

Tratamientos

Para tratar los trastornos depresivos, pueden utilizarse diversos medicamentos antidepresivos y métodos de psicoterapia. Algunas personas experimentan alivio con la psicoterapia, mientras que otras lo logran con los antidepresivos. Aun otras requieren un tratamiento combinado, es decir, medicamentos para lograr un alivio sintomático relativamente rápido y psicoterapia para aprender a emplear medios más eficaces al enfrentarse a los problemas de la vida. El médico que lo atiende podrá recetarle medicamentos y/o alguna de las diversas formas de psicoterapia que han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la depresión, de acuerdo con su diagnóstico y con la gravedad de los síntomas que usted presente. Es importante observar que la mayoría de las personas pueden recibir tratamiento antidepresivo eficaz como pacientes ambulatorios.

En pocas ocasiones, resulta útil emplear el tratamiento electroconvulsivo (TEC), particularmente en personas que padecen una depresión grave, o cuando el grado de la misma constituye una amenaza para la vida del paciente, y también en los pacientes que no pueden tomar medicamentos antidepresivos. El TEC resulta frecuentemente eficaz en aquellos casos en que los medicamentos antidepresivos no proporcionan un alivio suficiente de los síntomas.

Medicamentos antidepresivos

En el tratamiento de los trastornos depresivos se han utilizado tres grupos de medicamentos antidepresivos: los tricíclicos, los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAOs) y el litio. Se prefiere el litio para tratar los trastornos maniacodepresivos y algunas formas recurrentes de depresión mayor. En algunas ocasiones, es posible que el médico que lo atiende necesite experimentar con varios medicamentos antes de encontrar los que sean más eficaces para usted. A veces deberán aumentarse las dosis para obtener el resultado deseado.

Actualmente existen nuevos antidepresivos que no pertenecen al grupo de los tricíclicos ni al de los IMAOs, y que, por lo general, no producen los efectos secundarios asociados con estos dos tipos tradicionales de medicamentos.

Uno de estos inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS), bloquea selectivamente la reasimilación de uno de los principales neurotransmisores, la serotonina. Se cree que otro tipo de antidepresivo actúa sobre la dopamina, otro neurotransmisor.

Muchas veces el paciente se siente tentado a descontinuar el medicamento antes de tiempo. Es importante que, aunque se sienta mejor, siga tomando el medicamento hasta que el médico que lo atiende le diga que deje de tomarlo. Algunos medicamentos deben dejar de tomarse gradualmente, a fin de que el organismo tenga tiempo para ajustarse al cambio. En los casos de trastornos maniacodepresivos y de depresión crónica grave, es posible que el medicamento llegue a formar parte de la vida diaria para evitar que se presenten síntomas incapacitantes.

Los medicamentos antidepresivos no crean hábito, de manera que no tiene que preocuparse por eso. Sin embargo, como sucede con cualquier tipo de medicamento que se receta por más de unos días, es necesario controlar cuidadosamente los efectos de los antidepresivos para ver si usted está tomando la dosis adecuada. El médico que lo atiende querrá verificar con regularidad la dosis y la eficacia del antidepresivo que usted toma.
Si usted toma IMAOs, deberá evitar comer ciertos tipos de alimentos, tales como quesos, vinos y pepinos encurtidos. Pídale al médico que lo atiende una lista completa de los alimentos que usted no deba comer y téngala siempre consigo. Otros tipos de antidepresivos no requieren estas restricciones en cuanto a la alimentación.

Nunca mezcle medicamentos de ningún tipo -bien sean recetados, comprados sin receta o prestados- sin antes consultar al médico que lo atiende. Asegúrese de informarle al dentista, o a cualquier otro especialista que le recete algún medicamento en un momento dado, que usted toma antidepresivos. Algunos medicamentos que resultan benignos cuando se ingieren solos pueden causar efectos secundarios graves y peligrosos si se ingieren junto con otros. El alcohol, al igual que algunos medicamentos, reduce la eficacia de los antidepresivos, por lo que debe evitarse. Esto incluye el vino, la cerveza y los licores fuertes.

Los medicamentos ansiolíticos o sedantes no son antidepresivos. En algunas ocasiones se recetan para tomarse junto con antidepresivos, pero no deben tomarse solos en casos de trastornos depresivos. Las píldoras para dormir y los estimulantes, tales como las anfetaminas, son igualmente inapropiados.

No deje de llamar al médico que lo atiende si tiene dudas acerca de algún medicamento, o si tiene algún problema que usted crea que está relacionado con los medicamentos y todos incluso los antidepresivos más recientes tienen diferentes tipos de efectos secundarios.

En general, para lograr resultados óptimos, los casos de trastornos depresivos mayores, particularmente los recurrentes, requieren medicamentos (o TEC en circunstancias especiales), conjuntamente con psicoterapia.

Cómo ayudarse a sí mismo

Los trastornos depresivos hacen que la persona se sienta agotada, inútil, desvalida y desesperanzada. Estos pensamientos y sentimientos negativos pueden hacer que algunas personas se den por vencidas. Es importante reconocer que estas ideas negativas son parte de la depresión, y que, por lo general, no reflejan con exactitud su verdadera situación. Los pensamientos negativos desaparecen a medida que el tratamiento empieza a surtir efecto. Pero, mientras tanto:

•  No se fije metas difíciles ni adquiera grandes responsabilidades.

Divida las tareas grandes en partes pequeñas, fíjese prioridades y haga lo que pueda, según le sea posible.

No espere demasiado de usted mismo; si lo hace, solamente conseguirá aumentar su sensación de fracaso.

Procure estar con otras personas; por lo general, esto es mejor que estar solo.

Participe en actividades que lo hagan sentirse mejor. Por ejemplo, puede tratar de hacer ejercicios ligeros, ir al cine, asistir a un juego de pelota, o participar en actividades religiosas o sociales. Sin embargo, procure no excederse en estas actividades, ni molestarse si su estado anímico no mejora considerablemente de inmediato.

La mejoría lleva tiempo

•  No tome decisiones importantes para su vida, tales como cambiar de empleo, casarse o divorciarse, sin consultar con otras personas que lo conozcan bien y puedan emitir una opinión más objetiva de su situación. En cualquier caso, es prudente posponer las decisiones importantes hasta que su depresión haya disminuido.

No espere salir de la depresión de inmediato; esto raramente sucede. Es mejor que se ayude lo más que pueda, y no se culpe por no estar totalmente bien.

Recuerde que debe rechazar los pensamientos negativos; éstos son parte de la depresión y desaparecerán cuando el tratamiento surta efecto.

Cómo pueden ayudarlo sus familiares y amigos

Es probable que usted quiera y necesite la ayuda de otras personas, ya que la depresión lo hace sentirse agotado e inútil. Desafortunadamente, las personas que no han padecido un trastorno depresivo no comprenden totalmente el efecto que éste causa. Quizás no tengan la intención de herirlo, pero es posible que digan y hagan cosas que lo hieran. Sería recomendable que les mostrara este folleto a las personas que a usted más le interesan, para que puedan comprenderlo mejor y ayudarlo más.

Cómo ayudar a la persona deprimida

Lo más importante que se puede hacer para ayudar a la persona deprimida es ayudarla a obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuados. Esto puede significar darle ánimos a la persona enferma para que siga el tratamiento hasta que los síntomas comiencen a disminuir (es posible que esto tome varias semanas), o bien buscar un tratamiento distinto si no se aprecia mejoría alguna. A veces será necesario concertar una cita con el médico, y acompañar a la persona deprimida a la consulta. También puede incluir asegurarse de que la persona deprimida esté tomando su medicamento.

El segundo factor más importante consiste en ofrecerle apoyo moral. Esto requiere comprensión, paciencia, consideración y ánimo. Converse con la persona deprimida y escúchela atentamente. No le reste importancia a los comentarios que haga acerca del suicidio. Comuníqueselos siempre al médico.

Invite a la persona deprimida a dar un paseo o a hacer una excursión, a ir al cine o a realizar otras actividades. Si rechaza su invitación, insista con amabilidad. Anímela a participar en las actividades que antes disfrutaba como, por ejemplo, pasatiempos o actividades deportivas, religiosas o culturales, pero no la obligue a hacer demasiadas cosas antes de tiempo. La persona deprimida necesita diversión y compañía, pero si se le exige demasiado, puede aumentar su sensación de fracaso.

No acuse a la persona deprimida de fingir la enfermedad ni de ser perezosa, y tampoco espere que salga de la depresión por sí misma. Eventualmente, a medida que avanza el tratamiento, la mayoría de las personas deprimidas llegan a mejorar. Tenga siempre esto en cuenta y repítale a la persona deprimida que, con el tiempo y ayuda, logrará sentirse mejor.

U.S. Department of Health & Human Services ©2008
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