Aunque ya hace casi 30 años que tengo mi diabetes no me empezó hasta los 38 años. Entonces no he vivido personalmente el estrés que muchas veces significa la diabetes para jovenes. Pero como he trabajado muchos años también con niños, jovenes y sus familias de la diabetes, me atrevo a sistematizar mis experiencias.
La reacción de un joven cara a la diabetes es muy diferente, se extiende de una negativa total hasta un conseguimiento de todos los consejos de médicos y enfermeras/educadores. Las primeras opiniones a la diabetes dependen mucho que de las primeras emociones que se sienten con la diabetes. Estas opiniones raramente son fijas sino que cambian durante la vida con la diabetes. La negación total afortunadamente no es frecuente y cambia pronto, si no cambia sería la muerte del joven. Pero sin ese extremo queda un campo amplio de adaptarse a la diabetes, digamos que la diabetes tiene un grado de importancia uno hasta un grado de 20 en la vida total con la enfermedad.
Grado 1 sería: casi siempre nada es más importante que la diabetes, mientras grado 20 significaría: casi siempre todo en la vida es más importante que la diabetes. Y hay jovenes a que les gusta vivir 100% para la diabetes, experimentando de buen ánimo con sus glucemias con buenos éxitos. Aceptan una bomba de insulina con placer o un medidor continuo de glucosa. Pero no es para todos. Para otros el grado 20 ya sería mucho esfuerzo. No se puede decir que es la mejor decisión sin ver al afectado. Es una decisión individual siempre con ventajas y desventajas. Una subordinación forzada a la diabetes puede acabar en un grave sufrimiento psíquico por mucho tiempo. Como norma general la solución menos peligrosa mayoritariamente sería no vivir sólo por la diabetes, sino en primer lugar gozar la vida lo más posible.
Estas opiniones y emociones de los jovenes aparecen y se desarrollan igual que la diabetes empezó durante la niñez o en la adolescencia. He conocido a jovenes que tenían la diabetes desde los 2 años y vivieron un cambio en sus sentimientos más fuerte que otro joven a quien la diabetes le empezó hace poco tiempo. Cada uno va por su propio camino personal y no puede ser de otra manera. Fuertes intentos por ejemplo de los médicos, los padres o hermanos para cambiar la opinión del joven con diabetes raras veces surten un efecto bueno. El joven con diabetes necesita ayuda y apoyo, no ordenes, fuerza o amenazas. Por eso es correcto no ceder a la fuerza ni a consejos si el joven no está convencido de que el cambio deseado por los otros sea una buena decisión para el mismo.
Cuanto más que asumes la responsabilidad de vivir con la diabetes, menos vas a recibir intromisiones no deseadas de todos los que quieren que mantengas una buena salud. Cada uno tiene su punto propio para asumir más responsabilidad, y eso viene de dentro.
Qué significa “asumir la responsabilidad” entonces? Primero tienes que saber los grandes peligros de la diabetes y las maneras de evitarlos, entonces habla sin miedo con tu equipo de diabetes sobre este tema o asiste a unas clases para profundizar en el conocimiento de esos riesgos. No puedes tratar algo que no conoces. Y al mismo tiempo puedes tratar de individualizar tu terapia, como lo que tu deseas en tu vida con la diabetes. Tal vez ya sabes que la terapia de la diabetes de todas maneras es tu tarea y trabajo al 99%.
Pero ojo! No todo consejo es igual de importante para la vida con la diabetes. (Hablo del tipo 1 ya que en nuestro medio no hay muchos jovenes con una diabetes tipo 2.) Una sobrecarga de consejos a veces es la causa para la desesperación y la falta de una buena autoterapia.
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Para diabetes tipo 1 lo único muy importante es intentar substituir bien la falta de insulina de una manera suficiente y que te resulte aceptable durante un largo tiempo. Si la sustitución funciona bien (buena Hba1c, 1-2% encima de las valores normales), bajas los riesgos de complicaciones a corto y de largo tiempo. Con eso se pueden casi ignorar el resto de consejos sobre más cambios en tu vida. Cuando yo comencé con diabetes muchos jovenes con diabetes vivían bien con dos jeringas de una insulina mezcla (de corta y larga duración inyectado antes del desayuno y de la cena). Pero con el tiempo la terapia se fue volviendo más y más sofisticada (terapia insulínica intensiva) y bombas de insulina. Bien hecho toda variante funciona, aunque cada uno con desventajas especificas. Las terapias de alto nivel de calidad te darían más libertad de vivir una vida normal, aunque también supone más esfuerzo para muchos.
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Lo segundo es casi lo mismo, pero más específico. Presta atención a que nunca tengas una glucemia muy baja (hipoglucemia grave, con o sin pérdida de consciencia) o muy alta (la sangre se vuelve ácida por la formación de cuerpos cetónicos), como los dos son bastante peligrosas en el momento de vivirla. Muchas veces llegas a estar en un hospital unos días o semanas. Pierdes el control tuyo de la terapia. En principio tener una glucemia casi normal a veces es fácil, a veces muy difícil. Se trata de mantenerla lo más normal que puedas durante el mayor tiempo posible, sin pensar en la glucemia durante 24 horas al día. Para uno los margenes realistas de glucemia sean entre 70 y 150 mg/dl, para otros entre 50 y 350 mg/dl. Como las diabetes no son iguales no todos pueden conseguir lo mismo. No es una enfermedad justa.
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Lo tercero también es casi lo mismo: Evitar todas las complicaciones que puedes tener a lo largo de la vida con la diabetes, aunque eso suele demorarse por lo menos 10 a 20 años para empezar. Y aquí vale la pena tomar una decisión propia otra vez: ¿cuanto esfuerzo de terapia y cambio de vida puedo aceptar de largo tiempo para reducir mi riesgo de enfermedades microvasculares (ojos, riñones, nervios de los pies)?. La vida sucede hoy y cerca, las complicaciones son lejos. Vas a reflexionar y cambiar esta decisión varias veces en tu vida con la diabetes. Aquí ya te caen encima muchos consejos para la vida (nutrición, sobrepeso, deporte), que no son todos están probados que disminuyan aquellos riesgos. Pueden aumentar innecesariamente el miedo continuo que siempre hay en el corazón.
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Al final algunos “expertos” dicen que tienes que llevar una vida supersana para evitar todas las consecuencias malas. No vale para ti ni para otros jovenes sin diabetes. Casi nadie puede vivir bien exclusivamente para su salud (y es solo la del cuerpo, no del ánimo!) Normalmente resulta en una pérdida de vida normal con amigos y aventuras también. Esa tampoco sería sana. |
Seguir esas reglas sencillas (y más que estás dispuesto, claro) es una buena base para muchos de vivir bien con la diabetes con menos estrés. Ya que de por si ya puede suponer un duro esfuerzo. Las emociones negativas que casi siempre descansan al fondo de una vida con la diabetes no se pueden evitar pero si debilitar. Una carga como la diabetes vuelve a causar malos sentimientos de vez en cuando, como rabia, miedo o tristeza. Mejor que los aceptes. Pero con menos estrés disminuye la fuerza de estas emociones opresoras.
Tu valor y dignidad como persona con diabetes es del 100%, lo mismo que las de personas sin diabetes. Personas con diabetes ya han mostrado muchas veces que pueden alcanzar las mismas metas y éxitos que los otros (véase testimonios). No tienes que probarlo otra vez. No tienes que hacer cosas extraordinarias, al contrario tienes el derecho de unas compensaciones por tus desventajas por la terapia (p. ej durante selectividades). Busca tus propias metas personales y sigue avanzando a tu manera, incluso sin apoyo si no te hace falta. Si quieres hacer deporte: hazlo, siempre con un poco de preocupación por las hipoglucemias. Si no lo quieres, déjalo. Come lo que quieras, siempre ajustando tu insulina como te han enseñado. Si no te gusta el dulce, déjalo, si te gusta nunca lo renuncies. ¿Por qué? Muchas cosas son buenas para el alma. Disfruta tu vida. |
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