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Renunciar a ellos con fuerza y valor (hasta que sufrieran los amigos) informándoles que para ti no es conveniente comerlos por culpa de la diabetes (y por el aumento de glucemia que pueden provocar y que no quieres).
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Comerlos con gana y un poco de preocupación quizá comer un poco menos de lo que te gustaría - sabiendo que sube el azúcar de la sangre, pero puedes arreglarlo después en casa a través de un ajuste del tratamiento. (Para insulinodependientes que hayan olvidado en casa su insulina rápida).
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Comerlos con ganas y olvidándonos por completo de la diabetes. |