salud emocional

El rendimiento de las personas diabeticas en la actualidad

Una vista de Alemania

Los diabéticos han estado considerados como personas enfermas e incluso inválidas durante mucho tiempo. Antes del año 1922, año en el cual se inyecto la primera dosis de insulina a Leonard Thompson un joven canadiense de 14 años, los jovenes enfermos de diabetes estaban practicamente condenados a muerte. Con la iniciación del uso de la insulina se les había salvado la vida. Gracias a la dosis regular de insulina se podía normalizar la glucemia. En un principio no se sabía con exactitud que se debía permitir o prohibir al afectado en su vida cotidiana, de modo que no perjudicase a su salud. De ahí que se impusieran numerosas limitaciones, especialmente en el capítulo alimenticio, que perduran por desgracia hasta hoy.

Durante mucho tiempo se enviaba a los diabéticos a un balneario, en donde pasaban largas temporadas con el fin de que se les "regulara" su diabetes. El tratamiento exigía seguir un plan diario y atenerse rigurosamente a las pautas de las comidas. Por otro lado, aun no se era capaz de regular el nivel de azucar sanguíneo, de modo que con el paso del tiempo aparecían los primeros síntomas secundarios de la diabetes.
El resultado era que las personas diabéticas estaban verdaderamente impedidas a muchos niveles, y por ello se las consideraba inválidas. Los afectados eran menos flexibles, tenían un status especial en el sector laboral y debido a las secuelas de la enfermedad tenían que finalizar su actividad profesional mucho antes de lo deseado. A pesar de todo, los diabéticos de aquella época eran capaces de conseguir rendimientos considerables, sin que esto fuera siempre recononido.

Por otra parte la persona diabética estaba considerada como alguién que debe recibir cuidados continuamente para poder vivir de una forma más o menos normal. Por pura ignorancia se desconfiaba que el afectado pudiera seguir el tratamiento diario por sí mismo. Se creía que la decisión de cambiar la dosis de insulina estaba unicamente reservada a la responsabilidad del médico. De esta manera los afectados estaban en tratamiento médico más a menudo que otras personas y eran por supuesto absolutamente dependientes del doctor.

Hoy la situación ha cambiado de un modo radical: Los afectados aprenden en un curso práctico como pueden decidir y seguir el tratamiento que más les conviene. Para llevar a cabo su autoterapia los afectados necesitan sólo unos veinte minutos diarios, siendo la mayor parte del tiempo que se necesita para controlar el azucar en el tiempo libre. El diabético se convierte de esta forma en "su proprio médico" y sólo consulta al doctor en caso de problemas especifícos. El afectado puede evitar a menudo el tener que ser hospitalizado. Cuando hoy en día un diabético, (la mayoría de las veces no a causa de su diabetes), necesita ser hospitalizado, se acepta su autoterapia, tal y como el la ha aprendido.

De este modo el estado de salud de los diabéticos ha mejorado considerablemente: Son dueños de casi todas las situaciones (incluso las más difíciles), por ello no están enfermos con más frecuencia que otras personas. Cuidan mucho su salud, son en general dignos de confianza y muy dinámicos. El buen estado metabólico de muchos afectados conlleva a que las secuelas de la enfermedad sean cada vez menos frecuentes. Gracias a los métodos terapeúticos modernos los diabéticos de hoy ya no son inválidos.

Un diabético que está bien informado puede ejercer cualquier profesión, puede rendir tanto como las personas sin diabetes, no se pone enfermo con más frecuencia que los demas y trabaja como cualquiera hasta la llegada de la jubilación. Esto lo han atestiguado muchas personalidades con diabetes: Miles Davis, Liz Taylor, nadador de las medallas de oro Mark Spitz. Los diabéticos pueden trabajar en todo tipo de profesiones: son actores, cocineros, médicos o deportistas. De muchos de ellos no se sabe siquiera, que son diabéticos desde hace ya mucho tiempo. El sector que ha quedado vetado a las personas diabéticas hasta nuestros dias es el de los medios de transporte: conducir autobuses, trenes o pilotar aviones. Hay muchas personas de carreras extraordinarias de las cuales su diabetes no es conocida.

A pesar de las numerosas noticias y reportajes en los medios de comunicación, hay aun muchas personas que desconocen la evolución del tratamiento de las diabetes. Muchos creen todavía que las restricciones y limitaciones del pasado aun tienen validez. Las personas con diabetes pueden vivir hoy en dia una vida perfectamente normal: pasar una infancia alegre, aprender todo lo necesario, practicar casi todas las profesiones, participar en todo tipo de competiciones deportivas, alimentarse como las demas personas y traer al mundo hijos sanos. Estos cambios se traducen hoy por hoy en un modo diferente de valorar el rendimiento de las personas diabéticas.

Algunas personas afectadas ocupan cargos públicos, son funcionarios, desempeñan tareas de gran responsabilidad en la economía y en la política. En otros casos pueden incluso ejercer profesiones en las que es necesario llevar armas o en las que hay que resistir y salir airoso de situaciones peligrosas. A los diabéticos que presentan una solicitud de invalidez en la actualidad, sólo se les asigna la categoría de inválidos en el caso de que tengan además otras enfermedades.

Los diabéticos no necesitan referirse a su enfermedad a la hora de presentar una solicitud de trabajo, excepto en el caso de que sean verdaderamente inválidos. Por otra parte preguntar si se tiene diabetes en el momento de la contratación se considera ilícito. En el nuevo reglamento del permiso de conducción desaparecera en el futuro la pregunta de si se tiene diabetes en el momento de solicitar el permiso de conducir, ya que la diabetes en sí no significa un riesgo especial, si se trata adecuadamente. Por el momento se discute intensamente la posibilidad de permitir a diabéticos en determinados casos a conducir camiones o a conducir medios de transporte públicos.

Deportes que hasta ahora estaban prohibidos, como por ejemplo: bucear o escalar montañas están hoy por hoy permitidos con el debido aleccionamiento. En el maratón de New York tambien corre un grupo de diabéticos, por supuesto con el mismo reglamento que los demás miembros.

En resumen depende de cada uno mismo hasta que punto se utilicen las modernas posibilidades de terapia. Cada vez más afectados pueden y quieren vivir una vida normal con la ayuda de los cursos de tratamiento de diabetes. Se niegan a ser discriminados por falta de información o a causa de prejuicios injustificados y ganan procesos contra los empresarios que les quieren privar de sus derechos. Es de esperar que todos estos cambios en el tratamiento de la diabetes y en la capacidad de rendimiento de los afectados sean cada vez más conocidos por la opinión pública. Y esto se conseguirá cada vez más, cuanto más diabéticos declaren y reconozcan en público su enfermedad.
Dr. Axel Hirsch, Prof. Dr. Manfred Dreyer
Dr. Hans-Ulrich Clever, Dr. Falk Kunigk
Hospital Bethanien - Departamento de Diabetes y de enfermedades metabólicas

Traducido por Maria Ott
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