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España a la cola de Europa para el uso de bombas de insulina

La bomba de insulina es el sistema más fisiológico que existe para aportar la insulina que el paciente de diabetes necesita y el que le permite una mayor calidad e vida.

Son palabras de la doctora Pilar Martín Vaquero, del Servicio de Endocrinología del Hospital de la Paz de Madrid, sin embargo y según los datos que aporta el último estudio realizado por el Grupo de Nuevas Tecnologías de la Sociedad Española de Diabetes, menos de un uno por cierto de los pacientes españoles con diabetes tipo 1 utilizan la bomba de insulina (exactamente el 0,79% de todos los pacientes con Diabetes tipo 1). Datos que nos colocan en la zona más baja de los países europeos que implantan la terapia y muy por detrás de países como Alemania, Suecia y Holanda donde el uso de la bomba de insulina llega al 10% del global de pacientes.

La alternativa a las inyecciones de insulina consiste en la colocación externa de un catéter con un deposito de insulina para varios días, una batería y un sistema de programación de las dosis durante las 24 horas del día para el control de su diabetes ya que el objetivo es imitar la secreción de un páncreas sano, Así, suministra la cantidad de insulina que el organismo necesita en cada momento aportando seguridad terapéutica y mejorando la cantidad de vida del paciente, ya que elimina la incomodidad que supone estar continuamente pendiente del usos de jeringuillas.

Según explica el doctor Eric Renard, del Hospital Lapeyronie en Montpellier (Francia), en el 43 congreso de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes celebrado Sept 2007 Ámsterdam, el coste económico de la bomba de insulina era “a priori” uno de los problemas para su implantación. Sin embargo una de las conclusiones del estudio –en el que se plantea la simulación del tratamiento en mil pacientes durante 8 años-, el coste a largo plazo se reduce debido a que el uso continuado de la bomba de insulina disminuye las hipoglucemias y permite el control de la glucemia glicosilada. Esto a su vez, evita las complicaciones que causa la falta de control, como las retinopatías, los problemas vasculares o las amputaciones de los miembros inferiores.

En España, desde el año 2004 tanto el infusor como los sistemas fungibles, catéteres, cánulas, etc…, son de financiación pública. Y es el médico especialista el que debe autorizar la prescripción, realizar el seguimiento y educar al paciente para que pueda utilizar adecuadamente el sistema.

La implantación del sistema en todas la provincias españolas es, sin duda, cuestión de tiempo, y de dotación de personal y de profesionales ya que el exceso de trabajo hace que muchos especialistas no puedan realizar el seguimiento de la implantación, ni las tareas de información, instrucción y educación del paciente, pasos fundamentales para el éxito del tratamiento, explica Martín.

En la actualidad la técnica permite que el paciente pueda medir su necesidad de insulina con un glucómetro y aplicar la dosis que éste le indica de una manera rápida y efectiva.
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