Seis gijoneses, pacientes del doctor Ramiro Antuña de Alaiz, llevan más de seis meses comprobando los beneficios de la insulina inhalada, la alternativa terapéutica a las clásicas inyecciones que desde ayer se comercializa en España con el visto bueno de la Comisión del medicamento e incluida en la lista de medicamentos que pueden prescribir los especialistas de la sanidad pública.
Los seis gijoneses participan en un ensayo multinacional en el que se ha incluido la clínica gijonesa Clinidiabet que dirige el doctor Antuña y están refrendando lo que en otras partes del mundo se conocía sobre la insulina inhalada: "que es una alternativa positiva para algunos pacientes, ni mucho menos para todos, y un arma más que tenemos frente a la diabetes", apuntó el doctor Antuña.
El especialista, sin embargo, advierte que sólo una buena selección de los pacientes puede garantizar que la insulina inhalada no se convierta en una alternativa frustrante para quien confía plenamente en ella y en acabar con los pinchazos diarios. Así, el perfil más idóneo de quien se puede beneficiar de la inhalación es "el diabético tipo 2, que es aquel que tiene una producción residual de insulina; para las personas que tengan una gran fobia a las agujas, para las personas mayores que ven mal o para quienes son más reacios a los pinchazos… para esos, la insulina inhalada puede ser un avance", indicó. Por eso mismo, el doctor Antuña lamentó que en la fase inicial la sanidad pública haya aprobado ofrecer estas alternativas a un colectivo "que no se ajusta al perfil más idóneo", dijo, ya que se centra en diabéticos tipo 1 (que no tienen ninguna reserva de insulina y son absolutamente dependientes de la aportación exógena).
"La insulina inhalada tarda una hora, más o menos, en actuar, su momento máximo de acción es a las tres horas, y acaba a las cinco horas. Eso, para un diabético tipo 1 no es lo mejor, ya que necesitan que empiece a actuar a los 5 o 10 minutos de una comida. Ese tipo de diabéticos, sin ninguna reserva pancreática, más que evitar pinchazos, lo que quieren es una garantía máxima de buen control metabólico, y esta no es la mejor arma que podemos tener; de hecho, en otros países con más experiencia se constata que algunos acaban por volver a las plumas de insulina", aseguró.
El tamaño del dispositivo para la inhalación desplegado llega a ocupar como una botella de agua de litro y medio también le resta algo de atractivo, "aunque sabemos que la compañía farmacéutica está trabajando para mejorar esos prototipos".
El doctor Antuña aseguró que para el batallón de enfermos que cada año se suman al colectivo de diabéticos (hay casi tres millones en España) "es bueno que se abran nuevos caminos en las terapias que ayuden en el control de la enfermedad", aunque en el caso de la inhalada no será para una gran mayoría. Los pacientes que sean fumadores ,así como algunos con ciertas enfermedades pulmonares crónicas tipo EPOC, no podrán utilizar esta nueva insulina, así como los menores de 18 años.
Sí se mostró muy esperanzado el especialista con otras líneas de investigación como "los medidores continuos de glucosa, que miden la glucemia en cada minuto sin pinchar en el dedo, simplemente a través de un sensor, y que llevan un dispositivo de alarma para advertir de las anomalías. Uno de esos medidores ha sido aprobado hoy por la Comisión Europea del Medicamento y es posible que llegue a España a finales del 2008". |