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Adam Morrison - Tiro Caliente (Hot Shot)

El novato de la NBA Adam Morrison anota con control. Para Terry D´Arrigo, Adam Morrison es el típico chico “carne con patatas”.

Justo 2 horas y 15 minutos antes de cada partido, el novato de 2 metros de altura de los Charlotte Bobcats se toma la misma comida: carne, patatas cocidas y verdura. Él sabe cómo su cuerpo y la glucosa de su sangre van a responder ante esto y comenta que le da la cantidad correcta de energía para jugar un partido sin sufrir un bajón.

Parece funcionarle. A Morrison, también conocido en el mundillo baloncestístico como The Stache, por su bigote (moustache), le fue diagnosticada diabetes tipo 1 hace 8 años, cuando tenía 14. Desde entonces no ha hecho más que magia sobre la pista. Rompió los records de anotación jugando en el Colegio de Spokane´s Mead antes de empezar en la Universidad de Gonzaga, que culminó en una carrera fulminante en el Campeonato Universitario de la NCAA en 2006. Su capacidad de encestar le valió la comparación con el ídolo de su infancia Larry Bird y la Asociación de la Prensa le seleccionó para el equipo americano de All-America. En junio aterrizó en los Bobcats elegido como número 3 del draft 2006 de la NBA.

Y ni una sola vez, a pesar de la gran exigencia física de este deporte, ha tenido que acudir al hospital a causa de un bajón. “La cuestión es saber qué te estás metiendo en el cuerpo”, dice. “Puede ser duro ser joven, intentando ser una persona saludable, pero tienes que llevar una disciplina. A veces, esa disciplina requiere un poco de sacrificio, comenta. Había veces en Gonzaga que le habría encantado unirse a sus colegas en una fiesta, pero él sabía que no le ayudaría ni a su diabetes ni a su actuación en la cancha. “Afortunadamente, tenía amigos que sabían lo que era correcto y lo que no para mí y lo comprendían”, dice.

Morrison dice que este apoyo de sus amigos y de su familia ha sido fundamental para su forma de llevar la diabetes y para su éxito como jugador. “Tenía un buen círculo que sabía qué hacer si ocurría una emergencia. Es importante hacer saber a la gente adecuada qué me pasa para que así puedan estar preparados”, dijo.

Parte del apoyo que obtuvo de sus padres durante su adolescencia incluía la libertad de aprender qué es lo que funciona para él. “Mis padres me permitieron cometer unos pocos errores y entonces aprendí a conocer mi cuerpo”, dice. El resultado es que tanto él como sus padres aprendieron a confiar en su buen juicio.

Hasta ahora, su juicio ha resultado bastante bueno. Se cierne al A1C en el percentil 7 y sólo ha tenido un A1C sobre percentil 8, con una medida de 8.1 de percentil, allá en 2003. Cuando su A1C se empieza a elevar, consulta con su médico y su nutricionista, algo a lo que él anima a los jóvenes con diabetes que sueñan con jugar en las grandes ligas, a que hagan también.

“En resumen, es cuestión de poseer a tu diabetes”
, añade. Para él es como una segunda naturaleza comprobar su glucosa en sangre 4 ó 5 veces los días en los que no hay partido y 8 ó 9 veces los días de partido, Él ajusta su bomba de insulina lo necesario para su actividad física y la quita por completo cuando está jugando. Trabaja con un equipo de médicos y entrenadores sobre cualquier circunstancia relacionada con la diabetes que pudiera aparecer, incluso si significa tener que comprobar su glucosa en sangre durante un tiempo muerto de un partido.

Luego están la carne y las patatas, que pretende seguir tomando, aunque ahora servida en los restaurantes de 5 estrellas del país.

“Lo miro todo como una parte diaria de la diabetes”,
dice.”Una vez que llegas a ciertos niveles con tu diabetes nada te echará atrás”.

* Hot Shot – Se denomina así en baloncesto a un tiro a canasta efectuado en un momento decisivo del partido.




Traducción: Valentín Fuente Blanco
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