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Chris Jarvis, remero olímpico

Chris Jarvis, de 24 años de edad, nació en Grimsby, Ontario, Canadá y ha tenido diabetes tipo 1 desde los 14 años. Alguno de sus mejores logros en remo son: Juegos Olímpicos de Atenas 2004 (venció a 7 de 9 países antes de no poder entrar en las finales), 2 medallas de oro en los Mundiales (prueba de 8 masculina en Canadá 2004 y prueba de 8 masculina en el Campeonato del Mundo sub-23 del 2002), 2 veces medalla de oro en los Campeonatos Universitarios de Canadá (senior 2- y 4+, 1999) Chris fue ganador del DESA LifeScan Award en 2004. En la actualidad, está completando sus estudios de ingeniería en la Northeastern University de Boston, a la vez que se entrena para las Olimpiadas de Pekín, cerca de los bancos del Río Charles.

Para aquellos que viven en una región donde el remo no existe, y para otros que no han entrado en nuestros círculos o grupos, intentaré usar el menor lenguaje técnico posible. Entiendo que el remo, para los que vivimos en Norteamérica, es una subcultura. Cuando empecé a practicarlo, no consideraba que el remo fuese un deporte competitivo. Un entrenador de mi colegio de secundaria intentó reclutarme un año al terminar la temporada de fútbol y yo rehusé porque nunca lo había visto por televisión y nunca lo había practicado con mis amigos en la calle, como el hockey o el fútbol. Sonaba distinto y, por supuesto, como joven alumno de secundaria, era lo último que quería ser.

Gracias al destino y al ardiente deseo de ser un buen futbolista, tuve la oportunidad de entrenar en el mismo gimnasio que los “remeros”. Yo necesitaba de un entrenamiento extra durante mi primera temporada en el equipo de fútbol. Sólo había estado un partido en el campo. Midiendo 6'1" y pesando poco más de cien libras al comienzo de la temporada no era de extrañar. Quizás, la diabetes tipo 1 que me diagnosticaron un año antes ralentizó mi crecimiento muscular o simplemente Dios quería que fuese un flacucho. No lo sé. Por lo tanto, me quedaba en la sala de entrenamiento un montón de tiempo al finalizar las clases, intentando disminuir mi imagen de “chico-escuálido" en fútbol ese verano. Me quedé fascinado viendo la diversidad del entrenamiento de remo. Incluía fuerza y potencia como el fútbol, pero también tenía una variedad de habilidades cardio-vasculares y un propósito distinto en el entrenamiento. Entrenaban para ver si su competición podía mantenerse mejor que el planteamiento del fútbol, que no era otra cosa más que ver si sus contrarios serían capaces de levantarse después de golpearles.

Adoro el fútbol y trabajé duro para llegar a ser un jugador competitivo, ganándome la designación de capitán del equipo en mi último año. Pero tomé la decisión de remar después de perdérmelo el primer año y tan sólo me he perdido una temporada durante más de 8 años. Esa es una de las cosas que me encantan del remo, que se practica a lo largo de todo el año.¿Por qué? ¡Porque mantenerse en forma es importante durante todo el año! El deporte me ha ayudado a darme cuenta de la importancia de mi salud y me motiva para mantener mi atención puesta en el azúcar de mi sangre, en el consumo de comida y en el régimen de insulina. Yo pasé de ser el chico que no se acordaba de llevar su insulina ni su equipo de comprobación a ser un atleta que conoce y respeta los funcionamientos erróneos de su cuerpo.

Dirigir mi diabetes

A través de este deporte he tenido muchas oportunidades de charlar con diabéticos de todo el mundo, todos con historias únicas. El mensaje más fuerte que tengo para ofrecer es la importancia de tomarte la enfermedad como tu propio proyecto de investigación. La diabetes puede ser el aspecto más latoso de tu vida, pero creedme, sólo dará más lata mientras la ignores. Al principio, el tomarme mi tiempo para comprobar y analizar mis BG´s estaba motivado por la necesidad de estar bien de salud para mantenerme competitivo. ¡Se volvió un proyecto que se automotivaba! La vida se vive mejor cuando confías en el correcto funcionamiento de tu cuerpo y no te preocupas en dejar a otros atrás. Esto siempre fue un sueño para mí, que yo pudiera ser un tipo a quien otros buscasen para darles estabilidad y alguien con quien siempre pudiesen contar. Descubrí que existían herramientas para ayudar, no sólo cuadernos sino equipos de comprobación que almacenan y organizan la información para ti. Yo usé un metro One Touch Ultra Smart y lo encontré tan motivador mientras entrenaba que hacía tests 10 X al día y ¡lo aumentaba a 20 X durante las Olimpiadas! Hacer tests tan a menudo tenía ciertas notas distintivas extra. Por ejemplo, no siempre tenía que pincharme en los dedos; una pequeña presión abriría la piel y me daría suficiente sangre para un test. Hacer tests con tanta frecuencia era un estimulador de confianza, porque podía entender la relación entre la dosis de insulina y la comida. Yo puedo ajustar mi bomba para que me administre diferentes raciones de insulina y también cambiar mis índices basales cuando sea necesario. Conozco a otros diabéticos que tan pronto se toman un disparo como se olvidan de ello. Yo fui una vez uno de ellos. A veces echo la vista atrás para ver las cosas en perspectiva. Con una dirección excelente de la diabetes, mis compañeros de equipo pueden contar conmigo, puedo confiar en que mi cuerpo rinda al máximo y el futuro será representativo de cómo estoy tratando mi salud ahora.

Dinámica de equipo

Hay dos motivos principales por los que adoro remar. El primero, por supuesto, es la intensa dedicación que hay que prestar al entrenamiento en el deporte de competición. Realmente no existe un “yo” en este deporte de equipo. En el fútbol tú adquieres una condición de jugador individual durante el juego, pero al final de una carrera de remo cada integrante del equipo es mirado y juzgado por igual. Convierte las destrezas del equipo en algo tan crucial que te sientes capaz de motivar a tus compañeros y a la vez ser motivado por ellos. Esto tiene el potencial de construir una dinámica que produce un arma poderosa. Para nueve tipos que han entrenado juntos tres veces por semana, seis días a la semana, durante quizá cuatro años, la confianza resultante puede hacer que el equipo se abra camino entre barreras mentales y físicas inexistentes antes de ese entrenamiento. Yo experimenté una pizca de ese éxito durante mi primera temporada en el remo y quise llegar más lejos. Ahora, ocho años más tarde, he experimentado que es como ¡desafiar al resto del mundo, ganar una medalla de oro en un mundial y correr por mi país en los Juegos Olímpicos! La experiencia fue especial y única por el desafío inherente. A pesar del resultado de la política, ser mantenido fuera de las pruebas, el desafío fue afrontado. Siempre hay factores externos en la vida que a veces parecer surgir en el momento menos apropiado, pero para esto yo estaba entrenado. Había sido miembro del Equipo Canadiense con la incuestionable capacidad de ganar el oro. El sueño todavía pervive y yo no podría ser más feliz con el deseo guiándome, empujándome a llegar a estar mejor preparado.

La segunda razón por la que adoro el remo es el sentimiento casi espiritual y meditativo de estar sobre el agua. Lo mismo que ir en bicicleta con el viento en la cara, remar posee un sentimiento propio que, cuando se hace correctamente, puede superar cualquier distracción. Incluso en las peores condiciones metereológicas, cuando hace un frío helador y está nevando, es posible disfrutar estando ahí fuera, sobre el agua. De alguna forma, la conexión entre los esfuerzos extremos del cuerpo combinados con el murmullo del bote, produce una sensación que te penetra dentro del alma y erradica cualquier distracción. Incluso cuando esa conexión fugaz ocurre en una carrera, puede convertir los gritos de ánimo atronadores de la multitud en un susurro, pero sin despojarlos de su efecto y permitiendo que el punto central y el ritmo te guíen rápido hacia delante.

Me siento bendecido por haber adquirido y experimentado a lo largo de mi vida y en toda su riqueza, la gran cantidad de aspectos que tiene el remo. Parece pasó una eternidad desde la primera vez que dirigí mis pasos hacia este deporte. Ahora me ha cambiado y ayudado a adquirir éxito como atleta, como diabético y como persona que siempre está intentando alcanzar todas las metas que le marca la vida.
Traducción: Valentín Blanco
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