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Scott Verplank. Golfista en la Ryder con bomba de insulina



Scott Verplank dice que la bomba
ha cambiado su vida
Cuando Scott Verplank sale al campo como integrante del selecto grupo de golfistas para jugar como miembro del equipo Americano en la Ryder Cup saldrá al campo controlando su diabetes gracias a su bomba de insulina.

Manifiesta que gracias a la bomba ahora ya no tiene que estar atado a un estricto y rígido régimen de horarios e inyecciones y que ahora esto le ha permitido concentrarse más en su juego.

Scott Verplank, tiene 38 años y ha ascendido a la categoría de profesional de la PGA y se ha colocado en el 10 puesto de la clasificación de golfistas por sus ingresos y esto lo ha logrado en tan sólo 5 años.
Su exito se ha visto alcanzado al ser nominado por Curtis Strange capitán del equipo americano como uno de los 12 golfistas que representan este año a Estados Unidos en la prestigiosa US Ryder Cup.

Scott, que tiene diabetes desde la infancia comenzó a utilizar bomba de insulina hace 4 años.

Anteriormente el seguían un tratamiento con 4 dosis de insulina al día y tenía un régimen de cara a sentirse bien y practicar su deporte favorito.

Actualmente hay más de 200.000 personas con diabetes en el mundo que se ayudan de una bomba de insulina para mejorar el control de su diabetes y su calidad de vida.


Sin picos ni bajadas

Según Scott la bomba de insulina le ha ayudado a conseguir sus metas y a estar más cerca de culminar sus sueños:

"En realidad lo que la bomba me ha hecho es mejorarme mi calidad de vida y también mejorar mi salud".

"Asimismo me ha servido para llegar a ser mejor golfista, porque a ayudarme con mi diabetes esto me ha permitido concentrarme mucho más en mi juego y además a no tener grandes subidas ni bajadas en mis niveles de glucemias, tampoco tengo grandes variaciones en mi nivel de energía y concentración para el juego".

"En vez de tener que andar llevando jeringuillas e insulina al campo, ahora puedo administrarme insulina con sólo apretar un botón de mi bomba de insulina".


La insulina entra al cuerpo a través de una pequeña cateter que lleva insertado.



Scott Verplank está muy satisfecho: no tiene los estrictos horarios de un tratamiento de insulina convencional.
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