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Ayden Byle, El Corredor

Aproximadamente hace un año Ayden Byle le dijo a sus padres que iba a cruzar Canadá corriendo.

Pensaban que estaba loco. Y todavía lo piensan a pesar de que ya ha cruzado 2500 kilómetros y visitado cuatro provincias. Ayden llegó a Ontario a finales de julio.

Byle, un diabético de 23 años de edad, intenta aumentar la conciencia sobre la “enfermedad silenciosa” corriendo un total de 6.000 Km. Tiene la esperanza de reunir a los 1,6 millones de diabéticos en Canadá y recaudar dinero para investigación.

"Si yo personalmente me desafío a mí mismo para correr a través de todo el país, puedo desafiar a otros", dice Ayden.

El corredor comenzó el 1 de junio desde el Parque Stanley, en Vancouver. Corre 45 Km. por día y espera llegar a Halifax, Nueva Escocia durante el mes de noviembre que es el Mes de la Diabetes en Canadá.

A los 18 años, Ayden fue diagnosticado con diabetes juvenil. Recuerda con agonía el comienzo de la estricta rutina alimenticia justo cuando estaba a punto de entrar en la universidad fuera de casa. Está dedicando su carrera a otros jóvenes diabéticos. “La diabetes te obliga a pautas muy estrictas, y yo odio la rutina”, comenta Ayden. “Una persona de 15 años no quiere tener una rutina, es la última cosa que un chico de esa edad quiere hacer”.

El viaje le ha enseñado a Byle mucho. Dice que toda la gente que encuentra, sean diabéticos o no, le tratan excelentemente. El propietario Holandés de una heladería en B.C. les regaló helados a todo el equipo y les dio una donación de 50$. “El equipo paró a tomar café antes de mi carrera matinal. Entraron con mis panfletos, y en un momento estaba todo el mundo donando dinero,” dijo Byle. “Conseguimos unos 200$ en cinco minutos.”

Se un catalizador para el cambio es el principal objetivo de Byle. “La Diabetes puede ser vencida,” dice con optimismo.

El corredor dice que quiere mirar hacia atrás en su vida y sentirse que ha contribuido a la causa. “Cuando tienes 55 años y el pelo gris, puedes decir, ‘Yo fui un gran contribuidor para unir a las personas en una búsqueda de la curación para la diabetes,’.”Estaré más orgulloso por esto con cualquier otra cosa, por encima y más allá del hecho de que crucé Canadá corriendo.”

Organizar la carrera no fue una tarea fácil. Byle envió una propuesta de cuatro páginas a la Asociación Canadiense de Diabéticos (CDA en su acrónimo inglés) buscando su ayuda en septiembre de 1997. Vino devuelta con cartas de recomendación de familias, amigos, entrenadores, médicos e incluso su representante en el Parlamento. El corredor decía que sentía que iba a ser el nuevo portavoz de la CDA. “Estaba dispuesto a hacer lo imposible por ellos.”

De todas formas, la Asociación no pudo conseguir los fondos y los voluntarios necesarios para ayudar a Byle a completar la carrera. “Una carrera es un gran compromiso y nosotros tenemos limitaciones en términos de recursos,” comentó Chris Myer, Coordinador de comunicaciones de la Asociación. “Pero le deseamos todo lo mejor a Byle.”

Pero Byle no dejó que la negativa de la CDA le parara. El corredor de larga distancia consiguió apoyo financiero de varias compañías, incluyendo la Regal Capital Planners Ltd, and Fidelity Investments. Sunoco le patrocinó también con 1.000$ para combustible y Sporting Life le donó la equitación deportiva.

La localidad de Kincardine, en Ontario es donde se ha establecido la Fundación para la Investigación Ayden Byle, para recaudar todas las donaciones. Byle dice que correr le está dando paciencia, especialmente cuando ve el éxito de su cruzada. Él ha recaudado cerca de 70.000$ para la diabetes.

“Algunos días pienso que puedo hacerlo, puedo cruzar Canadá,” comenta Byle, que ha estado corriendo desde los nueve años. “Y sin embargo algún día también tengo miedo de no conseguirlo, porque Canadá es enorme.”

Byle necesita cinco inyecciones de insulina al día para mantener su enfermedad bajo control. Debe controlar su dieta para mantener sus niveles de azúcar en sangre. “Como estudiante, no crees que puedas hacer algo,” dice Byle acerca de atravesar corriendo uno de los países más grandes del mundo. “Pero les estoy diciendo a otros estudiantes, jóvenes diabéticos y gente de mi edad que si quieres cambiar algo, tú puedes.”
Traducción: Maximino Fernández
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