educación

Cómo buscar el equilibrio de la glucosa sanguínea

El control de los niveles de glucosa en la sangre es la mejor forma de saber si su hijo/a ha logrado un buen equilibrio entre la insulina, los alimentos y el ejercicio. Para estar seguro que la glucosa sanguínea de su hijo/a no es ni demasiado alta ni demasiado baja, su equipo de especialistas en diabetes le ayudará a determinar los baremos ideales.

Por ejemplo, unos baremos para un bebé podrían ser 110-220 mg/dl. Si su hijo/a presenta una glucemia de 145 mg/dl, se considera normal, ya que está dentro de los baremos. Si está por encima de 220 mg/dl o por debajo de 110 mg/dl, puede que necesite ajustar la insulina de su hijo/a o bien su alimentación.

Establecer los baremos ideales de la glucosa sanguínea (Tipo 1)

Los niveles meta de la glucosa sanguínea van cambiando a medida que su hijo/a crezca y se desarrolle. Los baremos meta se establecen según su habilidad y la de su hijo/a de entender la diabetes, interpretar los síntomas y las sensaciones de las hipoglucemias y de actuar en función de ellos. Se establecen en conjunto con el equipo especialistas en diabetes. Todos los miembros del equipo deberán tener las mismas metas.

Baremos ideales de glucosa sanguínea (Tipo 1 diabetes)

Edad

• Característica / habilidad

Baremos aceptables (antes de las comidas)
Bebés / niños pequeños / preescolares:

• No notan o no le pueden describir las señas y los síntomas del azúcar sanguíneo bajo.
• No se puede predecir la cantidad que comerán.

110-220 mg /dl (6-12 mmol/L)

Niños de la edad escolar y algunos adolescentes jóvenes:

• Es más fácil predecir la cantidad que comerán (planificar la comida).
• Notan y le pueden describir los síntomas del azúcar sanguíneo bajo.
• Les falta algo de criterio.
• Dependen de otras personas para ajustar el tratamiento y planificar con tiempo.

70-180 mg/dl (4-10 mmol/L)

La mayoría de los adolescentes y los adultos jóvenes:

• Capaces de seguir un plan de comida y comer de forma previsible.
• Capaces de reconocer y tratar una reacción de azúcar sanguíneo bajo.
• Entienden el concepto del equilibrio.
• Capaces de planificar con tiempo.

70-145 mg/dl (4-8 mmol/L)
Para los usuarios de la bomba de insulina, los baremos pueden ser:

Antes de las comidas 70-125 mg/dl (4-7 mmol/L)
Después de las comidas por debajo de 160 mg/dl (9 mmol/L)

Cuándo hay que realizar un control

Para los niños y adolescentes que se inyectan entre 2 y 4 veces al día, el control de la glucosa sanguínea antes de cada comida y antes del resopón -4 veces al día- le indicará la eficacia del tratamiento de insulina. Un sólo control no le contará toda la historia. Cada control le aporta una única e importante información.

Cada control te aportará los siguientes datos:

•  Antes del desayuno le indicará la eficacia a lo largo de la noche de la insulina de duración intermedia que se tomó con la cena o antes de acostarse.

Antes de comer al mediodía le indicará la eficacia de la insulina rápida o de duración intermedia que se ha tomado con el desayuno.

Antes de cenar le indicará la eficacia de la insulina rápida que se ha tomado con la comida o de la insulina de media acción que se ha tomado con el desayuno.

Antes de acostarse le proporciona información relacionada con la insulina que se ha tomado con la cena.

Siempre se ha aconsejado hacer los controles antes de las comidas. Se considera que la información proporcionada por estos controles es más útil que la que se obtiene con los controles posprandiales, ya que se anticipa que los niveles de glucosa en la sangre serán más altos después de las comidas.

El pinchador y las lancetas

Sin embargo, si se aumenta la insulina debido a los altos resultados posprandiales, existe un riesgo de que el azúcar sanguíneo llegue a bajar demasiado en otros momentos. Esto se aplica de forma especial a los casos de niños y adolescentes que siguen un tratamiento insulínico convencional, es decir, que reciben inyecciones de insulina 2-3 veces al día.

Existe información recién que sugiere que los niveles más altos del azúcar en la sangre después de las comidas –es decir, las referidas hiperglucemias posprandiales– también contribuyen de forma significante a las complicaciones de la diabetes a largo plazo. Por lo tanto, los jóvenes que siguen una rutina de varias inyecciones de insulina de rápida acción con las comidas o los que utilizan la bomba de insulina beneficiarán de los controles a las 2 horas de haber comido.

Es ideal poder hacer 4 controles al día, aunque esto podría ser difícil en ciertas circunstancias. Por ejemplo, hacerle un control a la hora de la comida al mediodía a un niño pequeño que asiste a una guardería o al colegio podría ser difícil, e implicará el apoyo del personal del centro. Vd. tendrá que negociarlo con el personal del centro educativo de su hijo. A los niños mayores les podría resultar incómodo hacerse el control a esta hora, aunque es conveniente animarlos a hacérselos. De vez en cuando es conveniente hacer un control durante la noche, ya que ayuda a detectar posibles riesgos de hipoglucemias nocturnas.

A veces se encuentra que el nivel de la glucosa en la sangre acostumbra estar fuera de los baremos ideales (demasiado bajo o demasiado alto). En este caso, se requieren por lo menos 4 controles diarios para determinar el ajuste de insulina adecuado.

Cuándo hay que realizar extras controles de glucemia sanguínea

A veces hay que realizar extras controles aparte de los que se hacen de forma regular.

Dichos controles se deberían hacer en las siguientes situaciones:

•  Antes, durante y después de hacer mucho ejercicio, como por ejemplo, bailar, o practicar deportes.

En momentos de estrés.

Si se presentan síntomas de bajo azúcar sanguíneo.

Cada 4 horas durante una enfermedad.

En otros momentos según las instrucciones de su equipo diabético o en momentos en que se buscan soluciones a un problema o para adquirir información sobre el impacto de una comida o actividad en concreto.

Los niños y adolescentes que utilizan una bomba de insulina necesitan realizarse controles con más frecuencia, para sacarle el mayor partido de sus aparatos.

A veces se ha comparado la gestión de la diabetes con la actuación de un equilibrista. A veces se le cae la pelota. Por mucho que haga, es imposible mantener el nivel de glucosa en la sangre dentro de los baremos ideales en todo momento. Habrá momentos en los que estará más alto y otros en los que estará más bajo. Muchas veces es imposible explicarse los resultados.

Los niveles extremos pueden dar los resultados siguientes:

•  Hipoglucemia, o azúcar sanguíneo bajo. A menudo se refiere a eso como una reacción insulínica.

Cetoacidosis diabética. Esto es el resultado de una grave deficiencia de insulina.

Hiperglucemia, o azúcar sanguíneo alto.

Días enfermos. Pueden causar o bien la hipoglucemia o una cetoacidosis diabética si no se tratan de forma adecuada.
Traducción: Susan Feuer
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