Diabetes y Desarrollo Infantil
El tratamiento del niño diabético varía de acuerdo con la etapa de crecimiento y desarrollo en que se encuentre. Como padre, usted debe estar al tanto de las diferentes formas de tratamiento para las diferentes edades.
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Bebes y niños muy pequeños
Cada vez crece más el número de niños menores de 5 -años que se vuelven diabéticos. Los bebés necesitan cantidades de insulina relativamente pequeñas, de manera que usted o el farmacólogo deberán diluir la insulina transparente (regular) de concentración U-100 a U-50 (la mitad), a U-25 (1a cuarta parte), o a U-10 (la décima parte). Para diluirla, use la solución diluyente que distribuyen los fabricantes de insulina. Su médico puede decirle cómo preparar una mezcla adecuada con la mínima cantidad de dilución. Tenga en mente que las cantidades de insulina necesarias aumentan a medida que su hijo crece.
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Hasta los 12 años
Muchos jóvenes diabéticas llegan a dominar algunos de los cuidados que requieren. Antes de los 12 años, pueden participar en forma activa en la planificación de los alimentos, aprender a detectar los síntomas de hipoglucemia y qué hacer en ese caso, y ayudar a realizar las pruebas de sangre. Sin embargo, probablemente su hijo no estará preparado para hacerse cargo de las inyecciones de insulina sino hasta después de los 12 años, así que no debe presionarle.
Una vez que los niños alcanzan la madurez necesaria para hacerse cargo de la mayor parte del tratamiento, los padres deben seguir supervisando todos los aspectos. Algunos padres se preocupan demasiado porque piensan que al menos que su hijo asuma plena responsabilidad al inicio de su tratamiento, terminará dependiendo de otros cuando sea un joven adulto. Esto no es cierto; su hijo aprenderá con e1 tiempo a aceptar su participación en el cuidado de su enfermedad. Los niños de más edad están ansiosos por hacerse cargo de las inyecciones cuando reciben una recompensa a cambio, como dormir en 1a casa de un amigo, irse de campamento o excursión.
¿Qué sucederá con el crecimiento de su hijo? Antes de que los médicos entendieran los efectos de la hipoglucemia crónica en el crecimiento, algunos niños con diabetes no alcanzan estaturas normales. Esa situación ha cambiado por completo. En la actualidad, con los métodos modernos de vigilancia y administración de insulina, los niños que reciben la terapia insulínica usual (dos o tres inyecciones diarias), y llegan a controlar en forma adecuada su metabolismo, crecen a un ritmo normal. Si el crecimiento y el desarrollo de su niño no son los esperados, consulte a su médico. Quizá sea necesario poner más atención al control de la diabetes, o cambiarle el tratamiento. Desde luego, existen causas ajenas a la diabetes por las que el crecimiento y el desarrollo de un niño pueden no ser normales.
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Adolescentes

Todos los niños aprenden poco a poco a aceptar sus responsabilidades y luchan por su independencia. Cuando un niño tiene diabetes, la búsqueda de la independencia es más complicada. Todos los niños al llegar a la adolescencia experimentan cambios corporales y sexuales bruscos. Para un niña con diabetes, los cambios corporales dificultan el control del azúcar sanguíneo. La conclusión es que los adolescentes con diabetes necesitan mayor supervisión médica, justo cuando quieren ser más independientes y hacer las cosas "a su manera". También atraviesan por una etapa en la que rechazan temporalmente los valores de sus padres o de otras autoridades. La diabetes es, a menudo, el campo de batalla propicio. Algunos adolescentes ponen a prueba los límites permitidos porque quieren saber si realmente tienen diabetes y qué sucede si no siguen el tratamiento. Esta actitud puede reflejarse en comer en exceso, omitir inyecciones de insulina o rehusar a verificar el nivel de azúcar en sangre.
El adolescente con diabetes es bastante sensible a la idea de "ser diferente'°, a1 grado de omitir inyecciones de insulina, comer sin restricción con su grupo de amigos y olvidarse de la vigilancia con tal de demostrar "que no le pasa nada". Como padre, usted debe estar preparado para tolerar hasta cierto límite esta clase de comportamiento de vez en cuando. Sin embargo, si su hijo adolescente da muestras de una conducta autodestructiva grave -acciones que desencadenen episodios frecuentes de cetoacidosis y numerosas visitas a la sala de urgencias-, es señal de que la familia necesita ayuda y el apoyo de un consejero profesional. En tales casos, una enfermera con experiencia, una trabajadora social psiquiátrica o un psicólogo clínico pueden ser integrantes importantes del equipo médico a cargo del control de la diabetes de su hijo adolescente.
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Pubertad y Menstruación

En términos generales, el inicio de la pubertad se presenta "a tiempo" en los niños con diabetes. Sin embargo, una diabetes mal controlada puede retrasar la pubertad. Por ejemplo, para las niñas puede significar el retraso de la menstruación, los que puede ocasionar gran ansiedad y aflicción a la joven Ir a sus padres. Pero tenga la seguridad de que si las funciones tiroideas Ir otras hormonas son normales, ese retraso se corrige sólo a medida que se va controlando mejor la diabetes de su hija. Muchas mujeres observan un aumento en los niveles de azúcar en sangre por unos días, justo antes de iniciarse el flujo menstrual. Aunque durante la pubertad las necesidades de insulina se incrementan y una tendencia a hipoglucemias durante los días de la regia, por eso en esos momentos es factible que su hija necesite ajustar temporalmente la dosis de insulina. Los niños no experimentan cambios tan drásticos.
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Actividades Diarias y Control
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Escuela
Los niños con diabetes pueden participar sin reservas en las actividades escolares, pero deben entender la necesidad de controlar la diabetes durante la jornada escolar. Esto no sólo les ayuda a tener un crecimiento y un desarrollo normales, sino que reduce al mínimo las reacciones hiperglucémicas con hipoglucémicas que pueden resultar conflictivas y hacerlos "diferentes".
Los maestros deben estar al tanto de la diabetes del niño, pero no deben sobreprotegerlo haciéndole concesiones evidentes, como dejarle menos tarea que al resto de sus compañeros. Los padres deben reunirse con los maestros de su hijo al principio de cada año para explicarles la naturaleza de la diabetes y la necesidad de tomar refrigerios y comer a tiempo. Lo que es más importante, los maestros deben estar informados sobre las reacciones hipoglucémicas: cómo reconocerlas y tratarlas. Las enfermeras y otros empleados de la escuela también pueden participar en el cuidado de su hijo durante la jornada escolar. Es útil llevar algún material sobre diabetes para los maestros del niño.
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Deportes organizados
Debe alentarse a los adolescentes con diabetes a participar en todo tipo de actividades deportivas; sólo asegúrese de que el entrenador Ir los miembros del equipo estén enterados de la posibilidad de una reacción hipoglucémica, de cuáles son los síntomas Ir cómo tratar el problema. En los días de intensa actividad, su hijo puede necesitar una mayor vigilancia de los niveles de azúcar en sangre y comer más. Es recomendable que tenga a mano un producto rico en hidratos de carbono, (idealmente pastillas de glucosa), para controlar la disminución del azúcar sanguíneo. La diabetes no es un obstáculo para tener éxito en los deportes. ¡%ríos atletas profesionales --en béisbol, jockey y otros deportes- han logrado controlar en forma eficaz la diabetes Tipo I.
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Dejar a su hijo al cuidado de una niñera
Es importante que los padres puedan salir, aunque sólo sea por una noche, pero encontrar una niñera tal vez sea un poco más difícil. Reserve un poco de tiempo para enseñar a la niñera los aspectos fundamentales de la diabetes y qué hacer en caso de emergencia. Asegúrese de que la niñera sabe reconocer y controlar un episodio de hipoglucemia. Si usted estará ausente más de un día, invite a la persona a casa uno o dos días antes para que aprenda, mientras usted está presente, la rutina diaria de su hijo para el control de la diabetes.
Una llamada telefónica puede resolver muchos problemas. Siempre deje el número de teléfono del doctor de la familia y el número telefónico y la dirección de donde se encuentre usted. Muchos padres llevan un teléfono móvil o un "busca" para facilitar la comunicación.
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Campamentos y otros programas especiales
El que su hijo tenga diabetes no significa que deba privarse de ir a un campamento de verano. Desde 1920, se han organizado campamentos para jóvenes con diabetes. Pueden ser muy beneficiosos para su hijo, tanto física como psicológicamente, asistir a uno de ellos, as¡ como aprender más sobre la diabetes.
El objetivo primordial de estos campamentos es brindar diversión y recreación mientras se sigue un buen tratamiento para la diabetes y se ayuda a los niños a aprender más sobre el control de la enfermedad. Una experiencia positiva en un campamento saca a los niños de su aislamiento y los hace sentir más cómodos consigo mismos; adquieren confianza al hacedse cargo del cuidado que requieren y al darse cuenta de la forma en que sus compañeros enfrentan una situación similar. El campamento también alivia la ansiedad y la depresión que sienten algunos niños por ser "diferentes". Un beneficio adicional es que esa clase de campamentos representan varias semanas de libertad alejados de los cuidados diarios. ¡Todos se van de vacaciones!.
Otra alternativa complementaria son las jornadas de educación al aire libre, con excursiones a distintos puntos de la montaña asturiana, facilitando la convivencia aliviando tensiones y ansiedades y mejorando la comunicación con el equipo médico. Se organizan periódicamente desde 1988 pudiendo solicitar información sobre fechas y lugares a tu equipo médico.
Tenemos que confesaros además de la montaña sobretodo nos encanta convivir y estar algo más cerca de estos "pequeños héroes" que día a día se esfuerzan por mantener un buen control de su diabetes a pesar de las tremendas exigencias y continuas renuncias que ello implica. |
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