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Algunas precauciones en cuanto al uso del alcohol son aplicadas al público en general y también a las personas con diabetes.
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El alcohol es absorbido en el estomago y en el intestino delgado, siendo tóxico, por ello se metaboliza en el hígado antes que otros nutrientes. El alcohol no requiere insulina para ser metabolizado, de hecho aumenta la acción de la insulina. El alcohol no puede ser convertido en glucosa, esto es usado como fuente de energía o una cantidad excesiva son convertidas en grasas. El alcohol contiene 7 calorías/gramo.
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Si se usa con moderación y la diabetes esta bien controlada, el nivel de glucosa en sangre no se ve afectado por la ingesta moderada de alcohol. La moderación se define como una copa de vino a las comidas.
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El alcohol inhibe la formación y liberación de glucosa del hígado y puede ser causa de hipoglucemia cuando se consume sin alimento. La hipoglucemia puede ocurrir, aún, cuando el nivel de alcohol en sangre no permita detectar la ingestión alcohólica; los efectos de la hipoglucemia pueden persistir hasta 8 u 12 horas después de la ingesta.
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Para personas preocupadas por mantener el peso, el alcohol tiene un número similar de calorías y se metaboliza igual a las grasas.
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El alcohol puede elevar los niveles de triglicéridos. |
