Cuando tu mecánico te dice que hay algo mal en el diferencial de tu coche, puede que no tengas ni idea de qué está hablando. Y como finalmente resuelve el problema, a ti tampoco te importa mucho cómo lo hizo. Pero si tú sales del despacho de tu médico confuso acerca de tu estado de salud y de qué hacer para tratarte, eso sí que importa. A diferencia de tu mecánico, tu médico no puede “repararte” sin tu ayuda.
¿Has tenido alguna vez problemas en entender a tu médico? No has sido el único. Las investigaciones muestran que los médicos y sus pacientes no tienen un buen sistema de comunicación. Un informe del Instituto de la Medicina, miembro del consejo del gobierno de EEUU, dice que 90 millones de personas encuentran difícil entender la información médica. Esta confusión no tiene en cuenta edad, raza, ingresos ni nivel educativo. El resultado es que la gente no sigue las instrucciones del médico de una manera adecuada y no leen bien las etiquetas de las prescripciones de los medicamentos.
¿Cuál es el problema?
No es un problema fácil de solucionar, pero tú, el paciente, estás en disposición de desempeñar un papel importante. Los médicos están cogidos por el tiempo, haciéndose difícil para ellos enseñarte todo lo que necesitas saber. Luego está la “jerga médica”, la lengua que usan los médicos que los hablantes de un idioma “normal” (como tú) a menudo no podéis entender.
¿Qué papel desempeñas?
Necesitas hacer preguntas las que hagan falta- hasta que entiendas tu estado y su tratamiento.
No será fácil. Puede que te sientas intimidado o seas reacio a admitir que no entiendes lo que te está diciendo el médico. Pero necesitas pasar ese miedo a admitirlo. Tu médico es el compañero de tu salud. Ambos, trabajando juntos podeis localizar el problema y acordar la mejor forma de tratarlo.
Tres preguntas
Es más fácil decirlo que hacerlo ¿verdad? Quizás ayudaría tener algunas herramientas. Aquí van tres preguntas para hacer a tu médico, enfermera o farmacéutico:
¿Cuál es mi problema principal?
¿Qué necesito hacer?
¿Por qué es importante para mí hacer esto? |
Parece sencillo. ¿Funcionará realmente? ¿Podrías realmente salir del despacho de tu médico entendiendo más de tu estado por recibir respuesta a estas tres preguntas? Escuchemos a una paciente haciéndole las preguntas a su médico…
Sra: Doctor, ¿cuál es mi problema principal?
Dr: Tiene usted diabetes.
Sra: ¿Qué necesito hacer?
Dr: Necesita hacer ejercicio, comer de una manera correcta y tomar los medicamentos que voy a recetarle.
Sra: ¿Por qué es importante para mí hacer esto?
Dr: Si no lo hace, su estado empeorará. La diabetes es algo muy serio. Puede llevar a la ceguera, la pérdida de un brazo o una pierna o a una muerte prematura.
¡Vaya! ¡Eso es hablar directo, especialmente viniendo de un médico!
Ahora imagine que la paciente no le hace las preguntas. Sale del despacho del médico confusa sobre su estado y sin tener clara la importancia que tiene para ella seguir las recomendaciones del médicas. Podría irse a casa e ignorar los consejos sobre el ejercicio y la dieta saludable. Podría decidir no rellenar la prescripción o si lo hace, no siente ninguna diferencia por tomar el medicamento, así que deja de tomarlo. Esto no es una buena cosa para ella pero ella ni siquiera lo sabe.
Más ayuda
Estas tres preguntas también funcionan fuera del despacho del médico. ¿Vas a hacerte un chequeo? ¿Necesitas un medicamento nuevo? ¿Hablas por teléfono con una enfermera? Usa las preguntas.
Si todavía estás confuso no te sientas mal. La medicina es un tema complicado que cambia día a día. Pregunta de nuevo si necesitas hacerlo e insiste en que te den respuestas fáciles de entender. Si el hacer esto tú sólo te parece difícil lleva a un familiar o a un amigo de confianza.
Lo creas o no, tu médico quiere que entiendas que te está pasando. Hace que su trabajo resulte más sencillo y el hecho de que lo entiendas te mantendrá más saludable. |