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Prevención de Cáncer Colorrectal
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Todas las personas deberían tomar acción para reducir el riesgo de cáncer colorrectal. De igual forma, deberían analizarse de forma regular. Aquellas personas con diabetes tipo 2 tienen mayores razones para informarse sobre este padecimiento mortal. Esto se debe a que se encuentran en mayor riesgo de desarrollarlo que el resto de la población. Este artículo ofrece algunas sugerencias para reducir el riesgo así como una guía para la revisión y análisis para una detección oportuna
¿Qué es el cáncer colorrectal?
El cáncer colorrectal es un cáncer o un tumor que se forma en el colon (intestino grueso) y/o el recto (las últimas 8 a 10 pulgadas del colon). El colon es donde el agua y los nutrimentos se reabsorben al torrente sanguíneo. Esta es la última etapa de la digestión. En este punto, solo quedan residuos. Los residuos son eliminados por el recto y el ano.
Algunos síntomas del cáncer colorrectal pueden incluir cambios en hábitos de evacuación, sangrado en las heces, dolor abdominal, fatiga y vómito. En etapas tempranas no presenta síntomas. Las etapas tempranas son cuando es más fácil la cura. Es por esta razón por la que el análisis y monitoreo frecuente es tan importante. Sin embargo, debido a que muchos norteamericanos no acuden a las revisiones recomendadas por la Sociedad Americana de Cáncer, sólo el 39% de los casos de cáncer colorrectal son diagnosticados en etapas tempranas.
La mayoría de los casos de cáncer colorrectal se derivan de pólipos precancerosos o adenomas. Los pólipos son crecimientos en el colon. Esto es común en personas mayores a los 50 años. Aún cuando la mayoría de los pólipos son benignos o no-cancerosos, estos pueden cambiar su condición a cancerosos. Mientas que únicamente entre el 5 al 10% de los pólipos se convierten en cancerosos, todos los pólipos deben ser removidos quirúrgicamente y analizados para descartar cáncer.
Factores de riesgo
Algunos de los factores de riesgo para cáncer colorrectal son modificables, otros no lo son. La edad es uno de los factores no modificables. El 93% de las personas que desarrollan cáncer colorrectal son mayores a los 50 años. La edad promedio de diagnóstico es a los 60.
Tener un historial familiar de cáncer colorrectal o un historial personal de colitis ulcerativa, enfermedad de Crohn o cáncer colorrectal previo también son factores de riesgo.
Existe una forma poco común hereditaria de cáncer colorrectal conocida como cáncer de colon por nopoliposis hereditaria o HNPCC por sus siglas en inglés. Sólo el 2% de los diagnósticos de cáncer colorrectal entran en esta categoría. LA edad promedio de diagnóstico es a los 44 años.
Otra condición poco común hereditaria que aumenta el riesgo para cáncer colorrectal es la poliposis adematosa familiar (FAP por sus siglas en inglés) en la cual cientos de pólipos se forman en el colon o recto. Cuando la FAP permanece sin tratamiento, el cáncer de colon se presenta cerca de los 40 años. Sólo el 1% del cáncer de colon se deriva de FAP.
Las personas con diabetes tipo 2 tienen entre 30 y 40% de riesgo mayor de cáncer colorrectal. Esta relación sigue siendo estudiada, sin embargo existe evidencia de que la hiperinsulinemia o niveles altos de insulina aumentan el riesgo de cáncer de colon. Se cree que niveles altos de insulina pueden dañar la mucosa del colon. La hiperinsulinemia normalmente es asociada con resistencia a la insulina en la cual las células del cuerpo crean cierta resistencia a la acción de la insulina por lo que se requiere mayor insulina para permitir que la glucosa entre a las células. La resistencia a la insulina es una de las causas principales de niveles de glucosa altos en diabetes tipo 2.
Estudios recientes sugieren que aquellas personas con diabetes tipo 2 que han estado en terapia con insulina por más de un año también tienen mayor riesgo e incidencia de cáncer colorrectal. Sin embargo, se requiere de mayor investigación para aclarar este punto. Mientras tanto, aquellas personas que utilizan insulina no deben abandonar su tratamiento. En cambio, deben seguir y acudir a revisiones periódicas para una detección oportuna. Se estima que con la detección oportuna y la eliminación de pólipos, el riesgo de este padecimiento puede reducirse un 70%.
La obesidad también aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. De hecho, se estima que 3.2% de los casos nuevos de cáncer en Estados Unidos tienen alguna relación con la obesidad. La obesidad y el sobrepeso son responsables del 14% de muertes por cáncer en hombres y 20% en mujeres. Los Institutos Nacionales de Salud definen al sobrepeso como un índice de masa corporal (IMC) de 25 a 29.9 y la obesidad como un IMC mayor a 30. Para calcular su IMC divida su peso en libras entre su altura en pulgadas y divida nuevamente el resultado entre su altura en pulgadas. Multiplique ese resultado por 703. En otras palabras, peso ÷ peso ÷ peso x 703
Se estima que el 70% de los casos de cáncer colorrectal en países Occidentales puede ser prevenido con cambios en hábitos y estilos de vida. Muchos factores de estilo de vida son mencionados en este artículo, la mejor forma de prevención de cáncer colorrectal incluye todos estos factores. Sin embargo, incorporar uno de estos cambios es benéfico.
La influencia de la alimentación
Muchos estudios han analizado la relación entre la alimentación y el riesgo e incidencia de cáncer colorrectal. Aún cuando quedan muchas dudas, está claro que una alimentación alta en frutas verduras y baja en carnes rojas y procesadas y grasas saturadas es benéfica en estos casos.
Carne. Un estudio completo publicado en 2005 mostró que una dieta alta en carne roja y procesada incrementa el riesgo de cáncer colorrectal. Además, este estudio encontró que un consume alto de pescado y pollo estaba relacionado con un riesgo menor.
Las carnes procesadas incluyen al tocino, la boloña, el jamón, la salchicha, el salami y otros productos de res y cerdo con conservadores y salados ahumados o con aditivos de nitritos o nitratos. La carne roja incluye al cerdo, res, ternera e hígado (incluyendo el de pollo). En el estudio, una ingesta elevada de carne roja se definió como 3 o más onzas por día para los hombres y 2 o más onzas por día para las mujeres.
Este estudio no determina el mecanismo por el cual la carne roja o procesada incrementa el riesgo de cáncer colorrectal. Pero el mensaje que hay que tomar en cuenta es muy claro. Disminuyendo la cantidad de carne roja procesada en el plan de alimentación y consumiendo más pescado y pollo, muchos casos de cáncer colorrectal pueden prevenirse. |