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La educación en el cuidado del pié diabético

Una estrategia importante en el manejo de la diabetes es enseñar a pacientes y profesionales de salud a reducir los factores de riesgo para disminuir las complicaciones.

Los conocimientos en la educación diabetológica y la prevención en el cuidado del pie son fundamentales para reducir las complicaciones; estos conocimientos deben ser transferidos al paciente con diabetes para que los utilicen en su beneficio.

COMO enseñar sobre el cuidado del pié

•  Antes de enseñar las habilidades del cuidado del pie, el educador necesita evaluar los conocimientos actuales del paciente, comportamientos, creencias, y capacidades para preguntarle
¿Actualmente qué es lo que hace para cuidar sus pies?

El desafío para el educador está en proveer información que se adapte al nivel de riesgo individual del paciente y actual práctica del cuidado del pie.

Tener parkinson o ceguera son situaciones en las que el educador debe adaptar las enseñanzas especiales para encontrar soluciones a las necesidades de estos pacientes.

Los pacientes necesitan recibir información práctica y realista sobre el cuidado del pie. Dar razones por qué el cuidado del pie es importante y cual es el propósito de las recomendaciones.

Es útil para muchos pacientes tener por escrito en su casa los consejos pautados por el educador en diabetes.

Le ayuda al paciente mucho que la información que les transmitamos vaya personalizada.

Es fundamental dar el material apropiado al nivel cultural que tenga cada paciente.
QUE enseñar sobre el cuidado del pié

Enseñar al paciente con diabetes los principios básicos del cuidado del pie. Los pacientes con neuropatía, enfermedad vascular, o una historia de ulceración del pie o amputación deberían periódicamente ser evaluados para comprobar si llevan a la práctica la educación recibida.

Los pies de los pacientes catalogados de alto riesgo, deben ser revisados en cada visita. Los pacientes de bajo riesgo serán revisados y evaluados una vez al año. Se debe alentar a los pacientes a quitar sus zapatos y calcetines en cada visita de salud, aún cuando ellos no comenten nada anómalo en sus pies.

Enseñar a revisarse los pies: Se debe mirar entre los dedos a diario, cuando ponemos o quitamos calcetines; un espejo puede ayudar a examinar zonas difíciles. Una vez terminada la explicación se debería mandar al paciente que realice una demostración de cómo inspeccionar los pies, indicando las áreas que necesitan especial atención.

Es necesario revisar a diario el interior del calzado para comprobar su revestimiento, costuras etc, que puedan dañar o irritar la piel; es importante darles vuelta antes de ponerlos habitualmente.

Los zapatos necesitan ser suficientemente espaciosos para acomodar cualquier deformidad que podamos tener. Cambiar de calzado a lo largo del día es una ayuda importante. Cambiar de calzado durante el día es de gran ayuda.

Evitar andar descalzo o caminar en calcetines. Utilizar calzado adecuado en piscinas o playas para evitar hongos o quemaduras.

Lavar y secar muy bien los pies, y especialmente entre los dedos.

Aquellas personas que tienen problemas de maceración, colocar separadores entre los dedos.

Para evitar quemaduras por estar el agua muy caliente se deberá comprobar la temperatura del agua del baño o ducha con el antebrazo, codo o un termómetro de baño.

Es aconsejable, después de la higiene del pie echar una crema hidratante exceptuando entre los dedos y mejor que no lleve alcohol, ya que puede resecar mucho la piel.

Las uñas de los dedos del pie deben cortarse en recto para posteriormente utilizar un lima de cartón y no dejar ningún pico. Si el paciente no ve bien o tiene dificultad para alcanzar a los pies, un miembro de su familia, la enfermera, o el podólogo puede hacerlo.

Evitar durezas, callos o uñas de los dedos del pie enterradas. No usar productos químicos, instrumentos punzantes, o hojas de afeitar para tratar problemas ya que pueden conducir a ulceraciones o infecciones.

Vestir bien y adaptando: algodón mullido, separadores interdigitales, mezcla sintética, o calcetines de lana. Evitar botellas de agua caliente, mantas eléctricas, calefacción, o microondas porque pueden ocasionar quemaduras.

Se debe buscar atención médica puntual para cualquier problema: cortaduras, ampollas, callos, cualquier herida que no cure, o de señales de infección, tal como rojez, hinchazón, pus, drenaje, o fiebre.

Los Objetivos

El profesional será capaz de:

•  Identificar puntos periféricos sensitivos de neuropatía autonómica y motora del pie.

Identificar señales de enfermedad vascular periférica en extremidades inferiores.

Enumerar los elementos básicos examinando un pie diabético.

Explicar porque se puede clasificar un pie de alto riesgo.

Describir la planificación del tratamiento para una persona con pie de alto riesgo o una llaga en el pie.

Las Complicaciones

Las complicaciones diabéticas del pie son costosas, pero más allá de los intereses financieros son las angustias inevitables sociales y psicológicas a los pacientes y sus familias.

Las complicaciones en extremidades inferiores son una causa importante de hospitalización, incapacidad, morbilidad, y mortalidad entre la gente con diabetes. La educación en la prevención de ulceración o pie de riesgo en la diabetes evitaría costes médicos, sociales, y económicos importantes.

Consideraciones Educativas Importantes

1.  En pacientes susceptibles de complicaciones del pie, la educación en diabetes y el cuidado preventivo pueden reducir riesgos.

2. El cuidado meticuloso del pie y la educación apropiada al paciente ha demostrado reducir las amputaciones asociadas a diabetes en un 50%.

3. La enseñanza al paciente y a los profesionales de salud son las maneras de reducir factores de riesgo y de prevenir la pérdida de miembros debido a la enfermedad del pie son estrategias importantes para reducir costes.

4. Predecir qué pacientes son los de riesgo más alto podría conducir a un uso más eficaz de recursos.

5. Para la gente sin complicaciones establecidas de la diabetes, un mejor control en los niveles de glucosa en sangre ha demostrado reducir el desarrollo de neuropatía.

6. Según la estrategia de la prevención, perceptiblemente mejorara el control glucemico de la población con diabetes, bajando así la incidencia en los factores de riesgo y de otras complicaciones, debería ser más eficaz en la prevención de la ulceración y de la amputación del pie, esfuerzos que se enfocan solamente en las personas ya catalogadas de alto riesgo.
Neuropatía

La neuropatía sensorial, autonómica y del motor actúan sinérgicamente para causar complicaciones diabéticas del pie. La polineuropatia sensorial periférica es un factor de riesgo patofisiológico importante para la ulceración y la amputación del pie.

Los cerca de 50% de gente con diabetes de 15 años de evolución tienen neuropatía sensorial periférica. La pérdida de sensación protectora permite que la sensación de trauma pase desapercibido por él paciente. La pérdida de sensación protectora afecta a los dedos y a los pies primero, aunque las funciones del sensor motor de los dedos de las manos pueden también ser deterioradas.

Una manera rápida y fácil de identificar pies sin la sensación protectora es evaluar la capacidad del paciente de percibir la presión de un monofilamento 5.07 aplicado en los sitios más comunes de la ulceración potencial. Estos sitios son la superficie plantar del dedo gordo del pie y del quinto dedo del pie, las cabezas metatarsales plantares (primero y quinto) y el talón.

Edema

El edema, es una infección local de causa sistemática afectando a la textura de la piel, circulación cutánea, o curativa.

Cuando el edema se presenta es sabio hacer al paciente un examen clínico para determinar la causa del edema. Si el edema es debido a la escasez venosa solamente, se prescribe unas medias de descanso. Si hay escasez arterial las medias de descanso puede ser contraindicadas o la cantidad de compresión puede necesitar ser reducida. La elevación de las extremidades sobre el corazón puede controlar el edema dependiendo, si la persona tiene retención de líquidos.

Si el edema es debido al paro cardíaco congestivo, puede indicar una necesidad de un cambio en la medicación. En caso de paro cardíaco, la reducción del edema por la elevación o la compresión de la pierna puede aumentar la vuelta del fluido y podría potencialmente conducir a la sobrecarga del volumen. Cuando el flujo arterial se compromete seriamente, los pacientes pueden no poder tolerar la elevación de la pierna y pueden incluso necesitar sentarse con los pies en posición normal para facilitar el flujo de la sangre.

Trauma

Un estudio realizado en 1990 de 80 amputaciones reveló que en 69 de los casos, el acontecimiento inicial de la precipitación eran traumas de menor importancia previsibles que conducían a una ulceración.

Las fuentes comunes del trauma incluyen los zapatos inapropiados, uñas del dedo del pie de garra, objetos extraños, arrugas en las medias ó en el calcetín, caminando descalzo, e inadecuado cortado de las uñas de los dedos, callos, durezas, etc. Lesiones termales pueden ocurrir por colocar el pie en una bolsa o botella de agua caliente, manta eléctrica o calefacción, o caminar en la arena y pavimentos calientes, dando por resultado quemaduras severas en el pie.

La mayoría de las úlceras de la piel son causadas por la presión de menor importancia, repetidora con cada paso. La mayoría de las amputaciones que resultan del trauma se pueden prevenir con la educación al paciente y en el cuidado diario.

Ulceración

Una ulceración del pie es un defecto de la piel debajo del maleolo que penetra al tejido fino subcutáneo.

Cualquier herida en el pie de una persona con diabetes es una causa para la preocupación seria sin importar la profundidad o el tamaño.

La educación apropiada de una herida puede curar muchas úlceras del pie, y la mayoría de las amputaciones se pueden prevenir.

Infección

La presencia de purulencia (pus), eritema significativo, calor local creciente, induración, o drenaje indican infección. Si se infecta una lesión diabética del pie, la terapia antimicrobiana oral o parenteral apropiada es prescrita después de que se obtenga los resultados del cultivo del tejido fino. La infección aguda sin síntomas, gangrena, u osteomelitis se puede tratar con eficacia usando un solo antibiótico oral por 2 semanas, y cuidados diarios de la herida.

Pacientes con fiebre, leucocitosis, hiperglucemia severa, acidosis, hipotensión, celulitis intensa, infecciones del espacio profundo, gangrena, evidencia de osteomelitis, necesitaría terapia hospitalaria para recibir antibióticos parenterales y el drenaje quirúrgico si es necesario.

Gangrena

La gangrena es un término no específico para la muerte del tejido fino. Los microbios que se convierten como resultado de la infección, o de la arteriosclerosis, o de flujo escaso en la sangre, vasculitis, dando por resultado muerte del tejido fino o necrosis. La gangrena seca se asocia a isquemia. Cuando la porción gangrenosa se demarca y afecta agudamente en un área pequeña, puede ser dejado sin tratamiento, pero observado de cerca.

Una gangrena mojada o húmeda es una muestra del proceso de la muerte del tejido fino progresivo o que la infección puede estar implicada. Debido a la obstrucción completa del flujo de la sangre necrótica habitualmente se requiere la intervención quirúrgica.
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