Toda futura madre hará con gusto aquellas cosas que contribuyan a tener un embarazo normal y a dar a luz un niño sano, y en ello la composición de la dieta juega un papel fundamental en las mujeres con diabetes que están embarazadas.
Las reglas básicas de la alimentación para el embarazo en la persona con diabetes siguen las mismas directrices que las que no lo son, así que se pedirá un consumo de energía justo, no tomar hidratos de carbono fácilmente solubles, ingerir comidas ligeras y frecuentes, mantener un horario de comidas regular dependiente de la administración y del tipo de insulinas, evitar los alimentos con mucha grasa y combinar los alimentos que contengan hidratos de carbono con otros ricos en albúmina y poca grasa.
Evidentemente el tratamiento de la diabetes basado en una dieta específica no suele ser suficiente, seguimos necesitando insulina. Es importante para la criatura que se está gestando que la asociación de dieta e insulina se combinen de tal forma que permitan normalizar el nivel de azúcar en la sangre y de hemoglobina A1C de forma duradera y sin alteraciones importantes.
Relacción de peso corporal en el embarazo
Ejemplo: Mujer embarazada con 1,67 m. de altura y 60 kg. de peso

LAS PASTILLAS están contraindicadas y no se pueden tomar durante el embarazo.
Muchos personas con diabetes consiguen la estabilidad de azúcar en sangre mediante un control de azúcar en sangre mediante un control de su dieta y antidiabéticos orales. Son los que sufren de diabetes tipo 2. De cualquier forma los antidiabéticos orales son inadecuados en época de embarazo, en cualquier caso ha de utilizarse insulina.
Atención a la cantidad de energía
Al principio del embarazo debe ser revisado el plan dietético de la futura madre y, en caso de ser necesario, se modificará.
La madre tiene que comer durante el embarazo pensando en el hijo que lleva dentro, pero eso no significa que deba comer el doble. Al principio del embarazo la demanda energética aumenta de forma muy poco significativa.
Si el peso corporal se mantiene de forma correcta hasta el sexto mes de embarazo, aproximadamente, no se debe aumentar la ingesta de calorías. A partir de este momento se ha de aumentar, pero sin sobrepasar las 300 calorías de aumento diario.
En mujeres con un peso menor de la media se debe incrementar la cantidad de calorías paulatinamente durante todo el embarazo. Si ocurre al contrario, que el peso de la futura madre es demasiado alto, se debe mantener bajo el consumo de calorías, aunque nunca debe bajarse de las 1.600 calorías diarias. Y hay que tener muy en cuenta que nunca deben llevarse a cabo dietas muy rigurosas.
No a la sal. Si a las verduras y otros condimentos
Es muy importante el control regular del peso ya que nos informa sobre la eficacia de la dieta. Hay que tener en cuenta que durante la segunda etapa del embarazo el peso aumentará sustancialmente, pero ello no tiene relación alguna con un exceso de calorías, sino que es atribuible a una acumulación de agua. El clínico que trate a la futura madre deberá controlar esta situación y, en caso de ser necesario, tomar contramedidas que en dieta se centrarán en limitar la sal en las comidas. Esta se puede sustituir fácilmente en base a la ingesta de verduras y otros condimentos.
También deberá disminuirse la cantidad de líquido como bebidas, sopas y salsas que, en su conjunto, no sobrepasarán la cantidad de un litro.
Ingestas correctas pero no abundantes
Hay una lista de componentes alimenticios que son altamente necesarios durante el embarazo. El organismo del feto precisa una gran cantidad de albúmina. La cantidad aconsejable es de 100 g al día, independientemente del consumo de calorías y el peso.
Los alimentos ricos en albúmina contienen frecuentemente mucha grasa. No obstante, la grasa sólo debe ingerirse en cantidades muy pequeñas, pues es una sustancia alimenticia muy energética. Por ese motivo, deben elegirse productos magros ricos en albúmina. Existe una gran variedad de carnes magras de ternera, buey, cerdo, ave, venado, pescado magro, queso, leche, yogurt, etc., que sólo contienen un 1,5% de materia grasa. Las costumbres alimentarias y, en consecuencia, la oferta de los comercios, garantizan, por regla.
General estos 100 gramos de albúmina necesarios. También hay que recordar que de esta cantidad de albúmina dos terceras partes tienen que provenir de materias animales y una tercera parte de vegetales.
No descuidar Calcio, Hierro, ácido fólico y otras vitaminas
Puede sobrevenir durante el embarazo una insuficiencia de calcio, ya que, la cantidad de esta sustancia necesaria es más elevada durante esta época. El calcio es indispensable por ser la materia básica del esqueleto del feto.
Por lo común, estos alimentos son también muy ricos en albúmina. Es conveniente tener presente en el plan dietético la leche y otros productos lácteos a razón de 24 g de hidratos de carbono. Dos veces al día se aconseja tomar queso en forma de bocadillo.
La necesidad de minerales y vitaminas está cubierto gracias a la diversidad de elecciones posibles en la dieta normal del diabético. No obstante es problemático alcanzar la cantidad óptima de hierro, vitamina B1 y B6 y ácido fólico. No se puede asegurar con facilidad que la dieta contenga dichas sustancias. Por lo que se suelen prescribir suplementos vitamínicos que los contienen para asegurar un aporte adecuado.
Hidratos de Carbono
Al elegirse sustancias que contengan hidratos de carbono deben tomarse en consideración aquellas que al mismo tiempo contengan también vitaminas y minerales en abundancia. Esa particularidad se da especialmente en el pan integral, arroz, patatas, copos de avena, legumbres, fruta fresca y verdura.
También se puede beber café o té durante el embarazo, aunque sin excederse. En cuanto a edulcorantes el más apropiado es el aspartamo.
Cuidado con los estimulantes
No es conveniente consumir bebidas alcohólicas durante el embarazo y por supuesto se evitará por completo el tabaco.
Ante la aparición de Náuseas
Si durante los primeros meses del embarazo las náuseas dificultan la nutrición hay que controlar que se estén ingiriendo los suficientes hidratos de carbono. Bizcochos, pan blanco, copos de avena, patatas, etc., permiten cubrir la necesidad de forma fácil y duradera.
Por último, recordar que al principio del embarazo la mujer diabética deberá dominar a la perfección ,la insulinoterapia de múltiples dosis y utilización de dosis suplementarias así como pautas y estrategias de prevención de hipoglucemias graves, por lo que no será mala idea cuando se empieza a pensar en quedarse embarazada realizar antes un curso de recuerdo y reciclaje de educación diabetológica.
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