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Diabetes Tipo 3 - Cuidando al Cuidador

Los cuidadores también merecen ser atendidos. Pero con todo el ajetreo cotidiano del cuidador, es difícil encontrar el tiempo para cuidarse.

No es egoísta crear tiempo para si misma/o. Resulta difícil poder cuidar de alguien a quien quiere si usted misma/o está agotada/o a nivel físico y anímico. Cuando se acumula el estrés, las personas pueden sufrir lo que llamamos "el agotamiento del cuidador."

Agotamiento

Entre las señales que indican que Ud. está sufriendo el agotamiento del cuidador se destacan:

•  Una falta de alegría en su vida.

•  Se siente a menudo enfado, preocupación o impotencia.

•  Se enoja ante los pequeños problemas.

•  Se siente siempre fatigado/a. Le cuesta prestar atención.

•  Se enferma con más frecuencia de lo normal.

•  Come demasiado o demasiado poco. Le cuesta dormir. Se retira de los amigos y de su familia.

•  Se siente atrapado/a y con ganas de escaparse.

Cómo se puede recuperar la vida

•  Cree un poco de tiempo tranquilo para si mismo/a cada día.

Asegúrese de atender a sus necesidades básicas: Dormir lo suficiente. Alimentarse bien. Hacer ejercicio varias veces a la semana. Estas cosas no son caprichos, sino necesidades para la buena salud.

Califique la importancia de los quehaceres de cada día, centrándose primero en los quehaceres más importantes. Aceptar la posibilidad de que no pueda cumplir la lista, aunque sí que acabará las tareas más importantes.

Aprenda todo lo que pueda sobre la condición de su querido/a. Al entenderlo bien, se sentirá más seguro/a. Puede que también se de cuenta de que hace cosas que no son necesarias o que la persona bajo su cuidado debería hacer por sí misma.

Si alguien le ofrece su ayuda, ¡acéptela! Pero no le diga sencillamente “sí”, sino dígale concretamente cómo puede ayudarle, dándole ideas específicas. Conciba cada día como un día para dar las gracias. Cada día apunte en un cuaderno como mínimo una cosa por la que está agradecido/a.

Recupere algún pasatiempo del que disfrutaba antes, o elija uno nuevo.

Explíquele a su ser querido que Ud. necesita cuidarse mejor y el porqué. Si no le dice nada, puede que su querido/a perciba los cambios en su rutina como una clase de castigo o abandono.

Cuide de sus otras relaciones –con su esposo/a, sus hijos, sus amigos… Coja el tiempo para salir a cenar o ir al cine.

Recuérdese a menudo del porqué es esencial cuidarse a sí mismo. Al hacerlo puede que llegue a aceptar más fácilmente la sabiduría propia de las sugerencias de las otras personas cuando sugieren que Ud. coja un poco de tiempo para si mismo.

Viva cada día en su momento. No se puede cambiar ayer, ya que forma parte del pasado. Y es imposible predecir el futuro.

Busque ayuda en la prestación de asistencia

Una de las causas del agotamiento del cuidador es el hecho de que a menudo el cuidador piensa que debería ser él/ella mismo/a quien presta toda la asistencia a su ser querido. Recurrir a la ayuda de otra persona en el cuidado de su ser querido no es improcedente. ¿Quién le puede prestar dicha ayuda?

•  Los familiares

Los amigos de la familia

Los vecinos

Los miembros de su congregación en la iglesia, la sinagoga o la mezquita

Los miembros del club social al que pertenezca

Las agencias de salud a domicilio, que pueden proporcionarle personas para cuidar de la casa, asistentes de salud a domicilio y enfermeros para la asistencia a corto plazo

Los centros de día

Las residencias de ancianos o de vida asistida, algunas de las cuales admiten a internos de corto plazo

Para los padres de niños diabéticos, los campamentos, los fines de semana familiares y los grupos de apoyo ofrecen apoyo y descanso.

El médico, el enfermero o el trabajador social encargado de su ser querido puede aconsejarle acerca de cómo localizar programas de respiro (la prestación de atención temporal a sus seres queridos, permitiéndole unos momentos de descanso a Ud).
Traducción: Susan Feuer
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