cardiodiabetes

Angina de Pecho y Calidad de Vida

¿Por qué se produce la angina de pecho?

La angina de pecho, o angina de esfuerzo, no es más que un síntoma de una afección llamada cardiopatía isquémica. Esa misma cardiopatía isquémica es la causante cuando progresa también del infarto de miocardio.

El corazón es un músculo poderoso que se contrae regularmente para empujar la sangre por los vasos sanguíneos.

De la misma manera que un coche necesita gasolina para funcionar, el corazón necesita carburante para producir la energía necesaria para impulsar toda la sangre a través del cuerpo. Ese carburante es el oxígeno.

Existe siempre un balance perfecto entre el oxígeno que llega al corazón y el oxígeno que se consume.

Si no llega suficiente oxígeno el motor-corazón “se queja” y se produce la angina de pecho. Si la cantidad de oxígeno que falta es grande, la parte del músculo cardiaco que no recibe el carburante se muere y se produce el infarto de miocardio.

¿Por qué no llega suficiente oxígeno al corazón?

Ya hemos dicho que el oxígeno es distribuido por el corazón a través de las arterias coronarias. Si se produce una obstrucción de estos vasos se corta el suministro y aunque el corazón, en un principio trata de compensar la carencia del carburante, llega el momento en que no puede suplir la deficiencia y se produce la angina de pecho o el infarto, dependiendo de la extensión de músculo cardiaco que no recibe el oxígeno.

La mayoría de las veces, las coronarias se obstruyen por depósitos en sus paredes (como en una cañería) de sustancias derivadas del colesterol, que van disminuyendo la luz del vaso progresivamente.

Otras veces, las menos, se produce un espasmo de los vasos que, al disminuir el calibre, da lugar al déficit de oxígeno.

El primer susto

La llamada de atención del corazón se pone de manifiesto por el dolor que se localiza casi siempre en el centro del pecho, en el sitio de la corbata. Puede irradiarse a ambos lados del pecho y, sobre todo, a ambos hombros, brazos y hasta las muñecas y los dedos. Otras veces se irradia al cuello, mandíbula e incluso los dientes.

Es un dolor constrictivo, opresivo, urente, acompañado, a veces, de ahogo y sensación de angustia. Su duración es de unos pocos minutos y desaparece con nitroglicerina sublingual.

Y el futuro…

Lo más importante es que Vd. está ya en manos de su cardiólogo. El conoce perfectamente su enfermedad; le instaurará un tratamiento y le dará unos cuantos consejos de hábitos de vida que deberá seguir fielmente desoyendo cualquier otro consejo de amigos y confidentes.

Por supuesto, “no se ha hundido el mundo”, pero si es conveniente regularizar los hábitos y seguir algunos consejos importantes y podrá realizar una vida normal.
volver al índice de cardiodiabetes